Este artículo se publicó hace 15 años.
"Las conspiraciones son un gran negocio"
Tom Hanks y Ron Howard estrenan en Roma 'Ángeles y Demonios' con la oposición del Vaticano
Al final, el combate ha quedado en tablas. A un lado, el todopoderoso Vaticano, guardián de la moralidad católica y objetivo favorito de las teorías conspiranoicas. Al otro, más terrenal, Ángeles y demonios, secuela de El Código Da Vinci, un fenómeno capaz de agitar el mercado editorial y cinematográfico, también bajo el amparo de un sello con una parroquia global: Sony.
Ayer, con el satisfactorio estreno mundial de Ángeles y demonios en Roma (a España llega el próximo viernes 15), después de que la oposición del Vaticano impidiese al equipo de la película rodar en escenarios de la ciudad, se puede decir que hay un empate de fuerzas. Durante un encuentro con la prensa española en Roma, Tom Hanks, encargado de dar vida de nuevo al profesorRobert Langdon, quitaba hierro a meses de tensión: "Veo las teorías conspirativas más como entretenidas que como peligrosas y subversivas".
Para el actor, películas como esta "levantan opiniones, pasiones, estimulan discusiones y generan ficción" y están pensadas para "reunir a todos los públicos". Y, si quedaba alguna duda tras los 758 millones de dólares recaudados por El Código Da Vinci, según Hanks, "además, son un gran negocio", informa Efe.
Ángeles y demonios arranca con la muerte del Papa y el secuestro de los candidatos a sucederle por parte de los Illuminati, que además amenazan con volar por los aires el Vaticano. Según Hanks, estamos ante una historia que "trata tanto de lo humano como de lo divino" y donde no hay intenciones "teológicas".
Pero el camino ha sido complicado. El Vaticano no sólo negó a su director, Ron Howard (también responsable de adaptar El Código Da Vinci), rodar en su interior, sino que "presionó" para que no le permitieran hacerlo en escenarios profanos de Roma. Howard lo ha resuelto recreando digitalmente aquello que no pudo grabar.
"Una estupidez inútil"Según el realizador, invitaron al clero a ver la película, "cosa que nos ha sido rechazado". A pesar de todo, asegura que el filme no quiere ser "un ataque a la fe" y que presenta "una perspectiva equilibrada" de la Iglesia católica, de la que se reconocen "muchas virtudes" pero también "la posibilidad, como toda institución, de ser subvertida y de que los humanos abusen de su poder", informa EP.
El pasado domingo, monseñor Antonio Rosario Mennonna el obispo más viejo del mundo fue el primer prelado en arremeter contra el filme, que ha calificado de "estupidez inútil", y ha hecho un llamamiento a todos los obispos a denunciar el filme. Después, se han sumado al rechazo el portavoz de la Vicaría de Roma, Marco Fibbi, y los obispos estadounidenses, que han recomendado a sus fieles no ir a ver la película.
Lo cierto es que la película ha sufrido cambios en su guión respecto al libro (se ha eliminado el descubrimiento de un hijo al Papa), algo que, según Hanks, no es "por motivos religiosos" sino para "hacer el filme más veloz".
Por lo demás, la maquinaria que puso en marcha a El Código Da Vinci sigue a pleno rendimiento: mucho marketing y cierto juego a mezclar realidad y ficción. Grupos hoteleros como Westin Excelsiors ya ofrecen tours turísticos por Roma, que recorren los escenarios del filme.
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