Este artículo se publicó hace 13 años.
¿Qué consecuencias tendrán japoneses que viven cerca reactores?
Por Brendan Borrell
Mientras que el Gobierno deJapón intenta controlar la crisis en la planta nuclear Daiichi,de Fukushima, la población está cada vez más preocupada por lospotenciales riesgos para la salud de la exposición a laradiación.
La Organización Mundial de la Salud dijo que el riesgo desalud pública para Japón es "mínimo". El primer ministrojaponés, Naoto Kan, afirmó por su parte: "Esto es muy distintoal accidente de Chernobyl".
Aun así, el incidente nuclear de 1986 es el más reciente yel mejor estudiado por su impacto poblacional. Para conocer losriesgos futuros que podría enfrentar la salud de los japoneses,Reuters Health conversó con los científicos que estudiaron laexplosión de Chernobyl.
A diferencia de lo ocurrido allí, la radiactividad enFukushima sigue principalmente contenida en el reactor.
Fukushima está en el nivel 4 de una escala de 7 paracalificar los incidentes nucleares, por debajo de Three MileIsland, en 1979, que llegó a un nivel 5 sin causar muertes niaumentar la incidencia del cáncer en la región. La tragedia deChernobyl fue de nivel 7.
Luego de la explosión de Chernobyl, las personas expuestasa la radiactividad desarrollaron altas tasas de cáncer detiroides porque la glándula concentra el yodo radiactivo,explicó la doctora Virginia LiVolsi, patóloga quirúrgica de laUniversity of Pennsylvania en Filadelfia, y miembro del PanelRevisor de Patología del Banco de Tejidos de Chernobyl.
Un estudio estimó que la exposición a la radiaciónaumentaría un 80 por ciento la cantidad de casos de cáncer detiroides, que es poco frecuente, en Bielorrusia en 50 años.
La mayoría de los científicos atribuye el riesgo extra no ala exposición del aire, sino al hecho de que las personassiguen bebiendo leche obtenida de áreas contaminadas.
La población de Japón está más protegida por el alto nivelde yodo en su alimentación; además, las autoridadesdistribuyeron píldoras de yoduro de potasio que reducen lacaptación del yodo radiactivo en el aire.
Aunque los japoneses puedan evitar un incidente mayor, lapoblación seguiría sufriendo la ventilación periódica de vaporradiactivo, que duraría meses.
Los expertos desconocen los riesgos que tendría esa medida,pero una cantidad creciente de pruebas demuestra que laexposición de largo plazo a bajos niveles de radiación en elaire, el agua y los alimentos genera algunos riesgos.
El estudio sobre Chernobyl reveló que ese tipo deexposición eleva la cantidad de casos de cáncer mamario y deleucemia, de envejecimiento prematuro, de accidentecerebrovascular y de infarto cardíaco.
También pueden crecer las malformaciones congénitas.
Un informe de Naciones Unidas del 2005 indica que no sehallaron evidencias de un aumento de esos defectos enChernobyl. Pero, en el 2010, el doctor Wladimir Wertelecki, dela University of Southern Alabama, publicó que la tasa normalde defectos como la espina bífida y de siameses se duplicó ytriplicó en las regiones afectadas.
Aun así, revisiones y estudios oficiales les restaronfuerza a esos riesgos.
"Aún no existen pruebas sólidas de una clara relación entrelas enfermedades y la exposición a dosis bajas de radiación.Quizás, estudios observacionales más prolongados nos ayudaríana conocer mejor ese problema", dijo Vladimir Saenko,epidemiólogo de la Universidad de Nagasaki en Japón.
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