Este artículo se publicó hace 16 años.
Conocimiento y opinión sobre el nuevo Ejecutivo
En el conocimiento de los personajes públicos, hay que distinguir entre la notoriedad y el reconocimiento. El nivel de notoriedad se mide por el recuerdo espontáneo del personaje, la mención de su nombre cuando la pregunta se formula sin nombrarlo. En este caso, cuando pedimos a un entrevistado que diga qué personas recuerda que formen parte del Gobierno actual, estamos midiendo los niveles de notoriedad.
La respuesta depende del grado en que cada ministro esté presente en la conciencia de la gente por su popularidad, su presencia reciente en los medios o la relevancia de sus actuaciones. Pero que un personaje sea poco notorio no quiere decir que sea desconocido. El nivel de conocimiento se mide por el reconocimiento, como cuando preguntamos a alguien si conoce a fulano.
Chacón es la ministra más notoria y De la Vega, la más conocidaUn ministro puede ser poco notorio, pero muy conocido.En la actualidad, entre los miembros del nuevo Gobierno, el más conocido es la vicepresidenta, pero el más notorio es la ministra de Defensa. Cuando se pregunta por los ministros, un 33,3% de los entrevistados menciona espontáneamente el nombre de Carme Chacón y sólo un 26,7% cita a Fernández de la Vega, aunque, cuando se pregunta por cada uno de los ellos, nombrándolos, son algunos más los que conocen a la vicepresidenta (90,1%) que a la ministra de Defensa (85,5%).
El nivel de notoriedad de los ministros suele ser bastante bajo en España, incluso cuando llevan años en el cargo. En el caso de este Gobierno, nombrado hace sólo un mes, hay un 41,6% de la población incapaz de citar el nombre de algún ministro. Hay que observar que esa proporción se eleva al 51% entre los jóvenes y esta ignorancia, por otra parte, no es exclusiva de sectores de la población con nivel cultural bajo.
Entre los españoles con estudios universitarios, un 25% tampoco sabe citar a ningún ministro. Porcentajes tan altos indican un gran desinterés por la composición del Gobierno, que -una vez decidida su identidad política en las elecciones- parece a la gente ya un asunto interno de los políticos.
Opinión sin informaciónLa falta de información sobre su composición no inhibe a la mayoría para expresar opiniones generales sobre el nuevo Gobierno. En general, los juicios sobre los nuevos gobiernos están muy determinados por el voto de los que opinan; cuando se les pregunta, mucha gente dice que les parece bien o mal según cuál haya sido su voto, aunque ignoren su composición.
En esta encuesta, entre los que no sabían mencionar el nombre de ningún ministro, un 42% decía que el Gobierno que había formado Zapatero le parecía "bien" o "muy bien", y a un 15% le parecía "mal" o "muy mal"; sólo un 20% de estos entrevistados se abstenía de opinar.
El 41,6% es incapaz de citar a un solo ministro del nuevo GobiernoLas opiniones sobre los nombramientos están, lógicamente, muy limitadas por este desinterés y falta de información. En la mayoría de los casos, además, las opiniones que se expresan parecen también determinadas por el posicionamiento político del entrevistado. A una amplia mayoría de los votantes socialistas les parecen bien todos o casi todos los nombramientos, y a una mayoría muy amplia de los votantes del PP les parecen mal. Sólo los casos que se apartan de esta pauta son realmente significativos y en ellos debe fijarse la atención.
Es interesante, en particular, observar qué ministros sufren mayor proporción de rechazos entre quienes dicen que, en general, les parece "bien" o "muy bien" el Gobierno, y qué ministros son mejor aceptados por quienes dicen que, en general, este Gobierno les parece "mal" o "muy mal". Estas opiniones sobre ministros concretos que contradicen la opinión general sobre el Gobierno, considerado en su conjunto, son las más significativas.
Ministros excepciónEn esta encuesta, no hay ningún ministro cuyo nombramiento parezca mal a una mayoría de los entrevistados a quienes el Gobierno parece, en general, bien. Pero sí hay algunos que sufren un mayor rechazo: Magdalena Álvarez, cuya continuidad parece mal al 23% de los electores a quienes gusta el Gobierno, y también Fernández Bermejo (17%), Moratinos (14%) y Miguel Sebastián, cuyo nombramiento parece mal al 11% de quienes aprueban en general a este Gobierno.
Entre quienes dicen que este nuevo Gobierno les parece en general mal, sólo hay un miembro del anterior cuya continuidad les parece, sin embargo, bien: la vicepresidenta (parece bien a un 41% de aquellos a quienes no gusta el Gobierno, y mal sólo a un 37%). Pero hay dos nuevos nombramientos que reciben la aprobación de quienes rechazan en conjunto al Gobierno: Cristina Garmendia y Celestino Corbacho.
En conjunto, aunque poco conocida, es Cristina Garmendia la que mejor parada sale en los juicios sobre los nombramientos porque es quien obtiene un mejor balance de aceptación en todos los sectores del electorado.
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