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MADRID.- Las cuentas del Congreso de los Diputados siguen dando muestras de una excelente salud financiera en plena crisis económica. Durante el pasado ejercicio presupuestario de 2014 tuvo resultado altamente positivo que se tradujo en un “superavit” de casi siete millones de euros, cantidad que la institución parlamentaria dejó de gastar en su actividad ordinaria.
Esta cifra de 6,75 millones de euros supone el 8,05% del presupuesto total inicial que ascendió a un total de 83,96 millones de euros, según el informe del cumplimiento del presupuesto de la cámara durante el pasado año al que ha tenido acceso Público. El pleno del Congreso de los Diputados debatirá y aprobará este miércoles las cifras del informe, elaborado por los servicios técnicos de la institución bajo la supervisión de la Mesa.
Un año más la Cámara baja cierra su ejercicio presupuestario sin gastarse todo el dinero del que dispone al inicio de cada año. En esta ocasión, la cantidad de siete millones de euros es un millón más que el “beneficio” que arrojaron las cuentas parlamentarias durante 2013 cuando el ahorro fue de casi seis millones de euros, con concreto 5,83 millones.
No se trata de dos años con resultados “extraordinarios”. Desde hace tres legislaturas el Congreso de los Diputados acumula saldos positivos al final de cada ejercicio. Esas cantidades van a parar a una cuenta denominada de “remanentes” que constituyen los “fondos reservados” de la institución parlamentaria. La inmensa mayoría de los diputados desconoce, siquiera, su existencia.
El Congreso de los Diputados, al igual que el Senado y las Cortes Generales, instancia que agrupa a ambas cámaras, tienen autonomía presupuestaria según establece el artículo 72.1 de la Constitución. En consecuencia, estas instituciones, a diferencia de lo que ocurre con el resto de organismos de la Administración del Estado, no están obligadas a devolver al Tesoro Público las cantidades sobrantes de la ejecución presupuestaria de cada ejercicio.
El Senado y las Cortes Generales también disponen de cuentas de remanentes que alcanzan sumas de decenas de millones en cada una de estas instituciones.
La administración de estos “fondos reservados” está en manos del presidente de la Cámara baja y de los miembros de la Mesa que es el órgano de dirección de la institución. Desde hace dos años, tras la puesta en marcha de la política de transparencia, se publica en la página web de la institución os informes de ejecución presupuestaria, aunque no se detalla el estado de la “cuenta de remanentes”.
En estos momentos, sumada la cantidad de siete millones de euros del superávit de 2014, los “fondos reservados” del Congreso de los Diputados rondan la respetable cifra de 85 millones de euros. Fuentes de la institución conocedoras de la existencia y administración de esta cuenta aseguran que se trata de “una reserva para acometer obras que no figuran en los presupuestos iniciales o realizar inversiones para la mejora de las instalaciones del Congreso de los Diputados”.
Con cargo a esta cuenta de remanentes se han ido pagando las obras de la ampliación del aparcamiento bajo la plaza de las Cortes, así como otras obras de ampliación y mejora de las dependencias que albergan los servicios de la cámara. No obstante, las importantes obras de rehabilitación del palacio del Congreso, que data de 1850, corren a cargo de Patrimonio Nacional por tratarse de un edifico emblemático del Estado.
Otras fuentes parlamentarias, sin embargo, consideran que la opacidad que rodea la administración de esta cuenta de remanentes no es beneficiosa para la institución. “habrá problemas en un futuro inmediato. Ha de darse una solución”, dicen a Público.
Uno de los asuntos más espinosos consiste en la escasa remuneración que percibe la institución por esa elevada cantidad. El pasado año el concepto de “ingresos financieros” por estos depósitos fue de apenas 84.404,55 euros, es decir poco más del 1% de la suma total de la cuenta de remanente que en ese año ascendía a unos 77 millones de euros.
El Banco de Santander es la institución financiera que tiene, tras ganar un concurso en el año 2009, la concesión temporal de prestar los servicios bancarios a la Cámara baja. En las condiciones de la concesión figura la escasa retribución por estos depósitos que son, por su propia naturaleza, estables en el tiempo y que año tras año van en aumento. Además, es una retribución alejada de los criterios que rigen en el mercado financiero.
El Congreso de los Diputados no es la única institución parlamentaria que dispone de “fondos reservados”. El Senado y las Cortes Generales también disponen de cuentas de remanentes que alcanzan sumas de decenas de millones en cada una de estas instituciones. En conjunto, las tres instituciones parlamentarias suman, contando con el superávit del pasado ejercicio, una cantidad que se aproxima a los 180 millones de euros.
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