Cargando...

Confirman la pena de muerte a un empresario egipcio que ordenó la muerte de una cantante

Publicidad

Un tribunal penal de El Cairo confirmó hoy la pena de muerte emitida hace un mes contra el empresario y alto responsable del régimen egipcio, Hisham Talaat Mustafa, por instigar el asesinato de la cantante libanesa Suzanne Tamim.

Publicidad

La confirmación de la sentencia se ha producido después de que el muftí de Egipto, Ali Yuma, la máxima autoridad religiosa del país, suscribiera la sentencia que el mismo tribunal había dictado el 21 de mayo pasado.

Click to enlarge
A fallback.

Asimismo, ha sido confirmada la sentencia a morir en la horca contra Mohsen al Sukari, un antiguo oficial de las fuerzas de seguridad egipcias, acusado de ser el autor material de los hechos, ocurridos el 28 de julio de 2008.

Este proceso, que empezó el pasado 18 de octubre, despertó una gran expectación en todo el mundo árabe, hasta el punto de que pocas semanas después de su comienzo ya se habían escrito varios libros, lo que empujó al juez a decretar el secreto de sumario.

Publicidad

Talaat, un adinerado empresario de 49 años, era también senador y miembro de la Oficina Política del Partido Nacional Democrático (PND), uno de los principales órganos del partido gobernante.

Al parecer, Talaat mantuvo una relación sentimental con la cantante libanesa y pagó a Al Sukari cerca de un millón de dólares para que la matara, después de que ella lo abandonara y se fuera a vivir a Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos.

Publicidad

Al Sukari se desplazó a Dubai con la ayuda del empresario egipcio y la mañana del crimen se dirigió a casa de la cantante simulando ser un repartidor de una empresa que le llevaba un regalo.

Cuando Tamim le abrió la puerta, el antiguo miembro de las fuerzas de seguridad egipcias, que fue grabado por las cámaras de seguridad del edificio donde residía la víctima, le asestó varias puñaladas y la degolló.

Publicidad

La principal prueba que incriminaba al responsable político egipcio eran al parecer las conversaciones telefónicas que había mantenido con Al Sukari y que éste grabó para garantizar su seguridad.

Publicidad