Este artículo se publicó hace 11 años.
Condenan a Banco de Valencia a devolver la inversión de unas preferentes
Deberán devolver a dos clientes 25.950 euros al estimar que éstos no tenían conocimiento adecuado sobre los riesgos que asumían con la adquisición del producto
El juzgado de Primera Instancia número 18 de Valencia ha condenado a Banco de Valencia a devolver a dos clientes 25.950 euros invertidos en participaciones preferentes, al estimar que éstos no tenían conocimiento adecuado sobre los riesgos que asumían con la adquisición de dicho producto, según consta en una sentencia, contra la que cabe interponer recurso. Los clientes, representados por el abogado valenciano Jaime Navarro, interpusieron una demanda contra la entidad bancaria en la que solicitaban la nulidad del contrato de apertura de cuenta de valores suscrito el 13 de noviembre de 2006. Alegaban vicio de error en el consentimiento y pedían la devolución de las cantidades desembolsadas.
Según figuraba en este contrato, los clientes adquirían valores internacionales, concretamente, Obligaciones Landsbanki Island, por cuantía de 29.012,67 euros. El contrato se fijó por tiempo indefinido, y se trataban de obligaciones perpetuas y cuyo capital invertido solo podía ser recuperado si el emisor, Banco islandés Landsbanki, decidía amortizar esta emisión. La rentabilidad era del 6,25 por ciento, que los demandantes fueron recibiendo trimestralmente hasta el último trimestre de 2008, momento en el que se produjo la insolvencia del banco emisor. Entonces, los clientes remitieron un telegrama a la demandada solicitando la devolución del capital invertido, que no fue atendido.
El magistrado, tras estudiar este asunto, ha dado la razón a los clientes y ha acordado la nulidad del contrato. También obliga a la entidad bancaria a abonar a los afectados 25.950,12 euros --cantidades desembolsadas menos los intereses abonados en la cuenta--.
Consentimiento "viciado"El juez entiende que los clientes prestaron su consentimiento para la compra de las obligaciones preferentes, y éste estaba "viciado" al existir una "divergencia" entre aquello para lo que prestaron su consentimiento y lo que realmente se quería, "siendo esta divergencia ocasionada por una causa no imputable al prestador del consentimiento", dice. Así, considera que los clientes "prestaron su consentimiento para la adquisición de valores-obligaciones, si bien no tenían conocimiento adecuado sobre los riesgos que asumían con la adquisición de dicho producto, creyendo que se obtendría su reintegro a lo sumo transcurridos cinco años desde la contratación, y no constando la posibilidad de pérdida del capital invertido".
Por todo, cree que la "omisión" informativa en la que incurrió el banco, y su"falta de diligencia, transparencia y buen uso financiero", impidieron a los clientes formarse "un juicio cierto y necesario" para decidir la concertación pretendida, "prestando así un consentimiento no informado y, por tanto, viciado". Esta condena es la "primera" a nivel nacional contra Banco de Valencia, que además impone también el pago de las costas procesales a la entidad bancaria, según ha informado en un comunicado la representación legal de los clientes.
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