Condenado un centro por la muerte de un niño en casa
El menor se tiró del balcón en una hora en que debía estar en la escuela
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Un menor de 13 años murió al precipitarse por el balcón de su casa en una hora en que debía estar en la escuela. Por ello, la Audiencia de Barcelona ha condenado al centro educativo donde estudiaba el alumno a pagar una indemnización a sus padres.
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Los hechos ocurrieron el 9 de noviembre de 2004. El niño, que cursaba segundo de ESO en el Colegio Cardenal Spínola de Barcelona, perteneciente a la Fundación Abat Oliba, fue castigado por la mañana por una maestra. Al mediodía abandonó el centro por su cuenta, aunque ese día debía comer en el colegio. A las 13.22 horas llegó a su casa, donde no había nadie, y se tiró por el balcón.
La Audiencia condena al centro a pagar 26.801,29 euros a los padres por desatender su deber de cuidar el menor, informa Efe. El menor se encontraba en tratamiento psicológico y era especialmente sensible. El propio Colegio Cardenal Spínola había recomendado a la familia la visita al especialista para potenciar su autoestima. Anteriormente había protagonizado algunas peleas con varios compañeros.
El día en que ocurrieron los hechos, a las 11.30 horas, tiró por la ventana un transportador de ángulos que impactó contra una joven de un instituto cercano. Por ello, el niño fue obligado a ir al centro contiguo y pedir disculpas a la adolescente en medio de su clase.
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"Nexo causal"
Los padres presentaron un recurso frente a una primera sentencia que exculpaba a la escuela de lo sucedido. Mientras que la familia defendió que el castigo de la maestra tenía relación con la muerte del niño, el magistrado negó este aspecto ya que el menor se quitó la vida por voluntad propia.
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En el segundo auto, el juez sí que subraya que el horario lectivo del menor era de 9 a 17 horas y que, aun así, pudo salir pese a no tener autorización de los padres. Considera que existe un "nexo causal" entre la actuación "negligente" del colegio y la muerte del niño, y afirma que ésta no hubiera ocurrido si hubiera permanecido en el centro. Por ello, lo condena a pagar un 25% de la indemnización reclamada, que se elevaba a más de 100.000 euros.
"Estamos de acuerdo con la sentencia. Fue un caso trágico, porque el niño se quedaba a veces a comer y otras iba a casa de los abuelos", dijo ayer el gerente de la fundación, Jorge Soley. Ahora la escuela vigila más la salida de los niños.