Este artículo se publicó hace 16 años.
Cientificos españoles investigan cómo producir inmunosupresores a mitad de precio
El Instituto de Biotecnología de la Universidad de León (INBIOTEC) investiga la forma de producir a precios más competitivos el "Tacrolimus", un fármaco inmunosupresor usado para prevenir rechazos de órganos, pero que en la actualidad tiene un precio elevado.
"Lo interesante sería reducir el precio a la mitad, e incluso a la cuarta parte, porque así es más competitivo desde el punto de vista comercial", según ha explicado a Efe en León Juan Francisco Martín, director de INBIOTEC, organismo que realiza esta investigación junto a la empresa Antibióticos S.A.
El uso de "Tacrolimus" se autorizó en España en 1996 como alternativa a la "Ciclosporina".
Se trata de un inmunosupresor más activo a menores dosis que la "Ciclosporina" y por lo tanto con menos efectos secundarios.
Este compuesto lo producía únicamente la empresa japonesa Fujimycin hasta que se le ha acabado la patente y por lo tanto hay vía libre para su fabricación.
Sin embargo, la producción de este medicamento es cara, por lo que Inbiotec y Antibióticos están estudiando cómo hacerlo a precios más bajos.
Y aunque "no hay forma humana de garantizar nada", este estudio podría tardar "no menos de dos años", que se suman a los tres que ya han estado investigando sobre este asunto.
Los microorganismos que producen el "Tacrolimus" son unas bacterias que se llaman "Streptomyces", que proceden de cepas que se aislan normalmente del suelo, pero que lo "producen a muy poca cantidad".
El objetivo ahora es "mejorar estas cepas productoras para que sea económicamente rentable fabricar este compuesto".
Y es que "los inmunosupresores no son como los antibióticos clásicos, sino que son compuestos que valen centenares de euros cada dosis", ha explicado.
Entonces, "lo que se pretende es caracterizar los genes y la vía biosintética del Tacrolimus", de manera que se aumente la producción.
Dicho en otras palabras, lo que se pretende es conocer cómo se forma la molécula genéticamente y modificarla, para que aumente su producción.
Con esta modificación, incluso se podrán obtener "derivados", cuyo uso farmacológico "igual es más interesante que el propio Tacrolimus".
En la actualidad, Antibióticos está produciendo lotes de prueba de este medicamento, que los comercializará una empresa norteamericana, que será, por su parte, la que comprobará que lo producido en León "no tiene contaminantes, es puro y tiene la actividad que se dice o se espera que tienen".
Antes de la comercialización del medicamento, la empresa norteamericana tiene que presentar un dossier a la FDA (Food and Drug Administration -Administración de Alimentos y Fármacos-), que es la encargada de autorizar su salida al mercado.
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