Este artículo se publicó hace 15 años.
Científicos españoles comprarán 100.000 hectáreas para conservar el Amazonas
Una ONG creada por científicos españoles planea adquirir más de 100.000 hectáreas en la Amazonía Central para crear una reserva natural gestionada por las comunidades indígenas que preserve una de las zonas con mayor diversidad biológica del planeta.
"La historia del Amazonas ha pasado por siglos de olvido y cuando alguien se ha acordado de ella, los resultados han sido catastróficos, pues los blancos nunca hemos propiciado el diálogo con los indígenas", ha señalado a EFE el investigador Javier Lobón, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y miembro de la ONG Manguaré.
Según los responsables del proyecto, la reserva natural se situaría entre la ciudad colombiana de Leticia y el Parque Nacional de Amacayacu, ubicado en la frontera con Brasil y Perú y a orillas del río Amazonas.
"En una de las comunidades, había un matrimonio en el que ella dormía en Colombia y él en Perú", ironiza el biólogo Batiste Miguel para subrayar la "complejidad" de un proyecto que requiere la negociación con administraciones de distintos países.
La zona donde está prevista la creación de la reserva, la selva tropical, formada por bosques inundables y en tierra firme, atesora récords de biodiversidad con 110 especies de mamíferos y 500 de aves.
"Muchos indígenas están extremadamente preocupados", sostiene Lobón, pues las políticas de integración han provocado que algunas etnias hayan perdido su identidad y, como los Huitoto, sobreviven de los residuos generados por las ciudades cercanas.
"La prueba de ese desarraigo es que, cuando los indígenas entran en contacto con la civilización, lo primero que adoptan son las antenas de televisión y con ella la cosmología occidental", declara Miguel.
Entre los problemas medioambientales que amenazan la conservación de esta "zona clave para el equilibrio climático mundial", figuran la contaminación de los acuíferos a causa del vertido de aguas residuales y la deforestación provocada por las empresas madereras y las explotaciones agropecuarias.
El proyecto piloto, iniciado hace unos meses, se lleva a cabo en una finca de 80 hectáreas que en su día albergó una misión de religiosos.
Los impulsores de la iniciativa confían en conseguir "un pedazo suficientemente grande como para conservar la cultura indígena y los ecosistemas" a través de la compra de tierras a las madereras y la cesión de otras por parte de las administraciones.
"Aunque no es fácil lograr escrituras que certifiquen la propiedad del territorio, partimos de que conocemos a sus habitantes y de que colaboramos con asociaciones locales", puntualiza Lobón.
Con un presupuesto inicial de 181.00 euros, los miembros de la ONG han aportado el 64 por ciento y esperan contactar con algunas entidades y organismos oficiales para lograr el resto de la financiación.
En este sentido, Lobón pide que España "escuche la llamada de la selva" y "ahora que la investigación parece emerger de las cenizas de la historia", haya quien "se rasque el bolsillo".
Como fase intermedia, a principios del próximo año representantes de las comunidades indígenas, de la Universidad Nacional de Colombia y de la autoridades medioambientales celebrarán unas jornadas para identificar las "áreas sensibles" y crear "cauces de comunicación" para la posterior gestión de la reserva.
Los resultados del evento y del proyecto piloto servirán para elaborar una exposición de "gran formato" en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid y un documental televisivo.
"Esta divulgación trata de propiciar el encuentro entre las civilizaciones", sostiene Lobón, quien recuerda que los indígenas llevan 6.000 años poblando la selva "y tienen mucho que enseñarnos de cómo vivir en armonía con la naturaleza".
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