Este artículo se publicó hace 15 años.
El chapapote inunda el Mediterráneo
El Mediterráneo es el mar más contaminado por hidrocarburos, con 400.000 toneladas derramadas al año, el 15% del total mundial. FOTOGALER&Ia
Los mares europeos no gozan de buena salud y la situación llega, en algunos puntos a ser insostenible, para los ecosistemas y sus habitantes. La contaminación por vertidos diarios de hidrocarburos ha convertido al mar Mediterráneo en el más contaminado del mundo por petróleo, con 400.000 toneladas derramadas al año, el 15% del total mundial, según un informe de la organización Oceana sobre la situación de los mares europeos, presentado ayer. El Mare Nostrum es el más negro porque los buques que van hacia el Golfo Pérsico para recargar limpian sus tanques por el camino, dejando un reguero de crudo.
El informe concluye que las aguas europeas sufren cuatro graves amenazas: cambio climático, contaminación, destrucción de hábitats y sobrepesca. Coincidiendo con la celebración hoy del Día Mundial del Medio Ambiente y el lunes de Día Mundial de los Océanos, la organización advierte de que los mares europeos se encuentran entre los más dañados del mundo por lo que cree necesario más protección legal y reducir las flotas pesqueras. No obstante, apunta que existe una esperanza porque en las áreas marinas protegidas ya creadas en Europa se ha observado una recuperación de la fauna y flora marina.
Los mares europeos registran a diario 275 vertidos ilegales de buques que limpian sus tanques, lo que supone verter cada día 55.000 toneladas de aguas oleosas, restos de hidrocarburos y sentinas. El director ejecutivo de Oceana, Xavier Pastor, apuntó que los vertidos al mar diarios suponen un peligro tres veces superior al que representan mares negras causadas por accidentes de petroleros como el Prestige o el Erika. El Estrecho de Gibraltar es uno de los puntos más negros de los mares europeos, ya que el puerto de Algeciras es el mayor del sur de Europa en tráfico y en sus cercanías se sigue desarrollando el bunkering, una práctica ilegal de recarga de combustible en mar.
Las mayores subidas del nivel del mar en Europa, como consecuencia del calentamiento, se han registrado en Noruega, Galicia y Portugal, con entre 2,3 y 2,8 milímetros al año, frente a los 1,7 de media. Además, el Mar Báltico ha registrado el mayor incremento de temperatura marina del continente en los últimos 25 años, con una subida de 0,6ºC anuales, lo que supone un ritmo 10 veces más rápido que la media del último siglo, según Oceana. Pastor señaló, en la presentación del informe, que los océanos alivian el cambio climático, ya que absorben millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), pero su capacidad de absorción está siendo superada por el ritmo de emisiones.
"La flota europea es entre dos y tres veces mayor que la explotación sostenible de los recursos puede mantener", afirmó el director ejecutivo de Oceana. Este exceso de pesquería en Europa ha hecho que el 88% de las reservas pesqueras esté sobreexplotada, y de ellos el 69% esté en riesgo de agotamiento. Entre las especies más esquilmadas de los mares europeos, la organización apunta al bacalao, atún rojo, merluza, pez espada, anchoa, solla, merlán, rape y granaderos.
Además del exceso de pesca, no todos los ejemplares que se capturan van a los mercados. De hecho, cada día se descartan 3.000 toneladas de pescado, es decir, capturas accidentales por el empleo de artes de pesca poco selectivas como los arrastreros. En otros casos las razones de la devolución de pescado al mar es puramente económica, apunta Oceana. "En los arrastreros franceses de profundidad, el porcentaje de descartes efectuados puede llegar a alcanzar el 90% del peso total de la captura", añade el informe.
Pastor expuso que en ocasiones "la industria pesquera trabaja en contra de ella misma, y el Gobierno debe ser valiente para imponer que haya una explotación sostenible, porque hay que dimensionar las flotas a la capacidad de explotación de los stocks".
La destrucción de hábitats tiene como primera causa a los arrastreros industriales que acaban con los fondos marinos, llevándose por delante esponjas, corales y praderas, ecosistemas básicos para que haya vertebrados.
"Cuando una zona se deja tranquila una temporada y se protege, los mares tienen capacidad de recuperación, siempre que se llegue a tiempo", apuntó Pastor. Y eso es lo que ha ocurrido ya en las áreas marinas protegidas: se recuperan los ecosistemas y las reservas de pescado en el interior, y en sus alrededores, por lo que al final la industria pesquera también sale beneficiada.
Oceana propone que se declaren como áreas marinas protegidas en Europa el cañón de Avilés, Islas Feroe, arrecifes de coral de Irlanda, Banco de Galicia, montañas submarinas del Tirreno, Seco de Palos, montañas submarinas entre Mallorca e Ibiza y el Cañón de Palamós, entre otros. El Convenio de Biodiversidad de la ONU se ha fijado como objetivo que en 2012 el 10% de los mares cuenten con algún tipo de protección para frenar la pérdida de diversidad biológica. En la actualidad, sólo el 0,5% de los mares europeos está protegido, por lo que queda mucho trabajo por hacer.
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