El cavallino decadente
El equipo italiano Ferrari vive el peor Mundial de su historia
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A un retirado, la estrella de Schumacher sigue alumbrando a Ferrari en la que amenaza con convertirse en su más negra etapa. Si Raikkonen o Massa, actual pareja de pilotos de la escudería, no suman el domingo al menos dos puntos, 2009 será el peor curso en los 60 años de historia del equipo en la F1.
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Hasta ahora, la vergonzante marca roja, nunca mejor dicho, se sitúa en 1980 y 1981. Ferrari tampoco puntuó en las tres primeras citas de ambos campeonatos. En 1980, Scheckter fue quinto en la cuarta prueba, el GP del Oeste de Estados Unidos; en 1981, Pironi hizo lo propio en San Marino. Ambos sumaron dos puntos.
En 1980, Ferrari acabó décimo, con 8 puntos y sin tocar una sola vez el podio. Scheck-ter fue 19º (2 puntos) y Villeneuve, su compañero, 12º (6). En 1981, la escudería italiana acabó quinta, con 34 puntos,dos victorias ambas de Villeneuve y tres podios. El cana-diense fue séptimo (25) y Pironi, decimotercero (9).
En la presente temporada, la mítica marca ocupa la última plaza de la clasificación, empatada a cero puntos con Force India, la cenicienta de la parrilla. Massa y Raikkonen no acabaron en Australia. En Malasia, el brasileño acabó noveno; el finlandés, 14º. Y el pasado domingo en Shangai, Massa se retiró y Kimi fue décimo.
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La alarma se encendió en Sepang. E, inopinadamente, Schumacher pagó el pato. El heptacampeón del mundo, que ejerce de probador, asesor y lo que haga falta, fue señalado como culpable de haber decidido montar neumáticos de lluvia extrema en el coche de Raikkonen, y el agua no cayó hasta pasadas varias vueltas, cuando el Ferrari número 4 ya había destrozado las gomas. El ex piloto alemán fue enviado de vuelta a Europa y no acudió a China ni estará en Bahrein.
Schumacher sabe que, hoy más que nunca, sigue siendo la imagen más vendible de Ferrari. Así que, frente al desplante de los rectores del equipo, ha hecho gala de la sangre fría que le llevó a ser el mejor de todos los tiempos sobre la pista. De momento, prefiere no hablar del futuro. "Hablaremos después del verano. Veremos qué cosas tienen sentido y cuáles no", declaró ayer en Tuttosport.
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Schumacher tiene contrato hasta diciembre. La tensión que anida en Maranello sede italiana de la Scuderia debido a los desastrosos resultados de 2009, ha impedido que ninguna de las partes haya mostrado siquiera interés por negociar una posible ampliación. "No ha existido hasta ahora ninguna reunión y no se producirán, al menos, en el futuro inmediato", reconoció el germano.
El kaiser también insinúa que, si hubiera querido, hoy sería director deportivo de la escudería en sustitución del laureado Jean Todt, con quien ganó cinco títulos consecutivos (2000 a 2004). "Podría haber ocupado el papel de Todt, pero no era para mí. Podría haber sido el momento equivocado, y creo que Domenicali [actual director] está capacitado para desarrollar el trabajo mucho mejor que yo", opinó en el diario deportivo italiano.
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Con todo, Schumacher sigue siendo el único capaz de tirar del carro. Y lo hace: "Ferrari nunca se ha rendido en el pasado. Nunca deben dar a Ferrari por muerto".