Este artículo se publicó hace 15 años.
Catherine O'Flynn revela que en su nuevo libro "trato sobre lo que dejamos al crecer"
La ciudad de Barcelona sirvió a la pelirroja Catherine O'Flynn, exitosa autora novel de Birmingham, para tomar distancia y poder centrarse en la escritura de "Lo que perdimos", una obra con intriga detectivesca y fantasmas que también le sirve para tratar sobre lo que se va dejando "en el camino al crecer".
A preguntas de Efe, O'Flynn rememora que entre los años 2002 y 2004 residió en la capital catalana, a la que viajó junto con su marido con la intención de tomarse un año sabático y "escribir todo lo que tenía en la cabeza", dando forma a esta novela, con la que consiguió en 2008 el prestigioso Costa Book Awards, pero que había sido rechazada por una veintena de agentes literarios y editoriales.
Nacida en 1970, de padres irlandeses, la autora británica comenta que durante el tiempo que vivió entre la Ciudad Condal y Sitges fue dándole forma a las numerosas notas y listas que había preparado a lo largo de los años y que tenían mucho que ver con su experiencia como vendedora en un gran centro comercial.
En "Lo que perdimos" (Seix Barral y Columna en catalán), la escritora -actualmente embarazada de su primer hijo- sitúa la acción en un gran centro comercial, bautizado como "Green Oaks" (Robles verdes), un microcosmos en el que están atrapados tanto los vendedores como los compradores.
O'Flynn comenta que los grandes centros comerciales modernos, todos muy similares, "son como un mundo en ellos mismos, y cuando uno va allí de compras sólo ve una parte, pero hay otra escondida, justo como la vida, que también se desarrolla en varios niveles".
Recuerda que cuando trabajaba en uno de su ciudad, "veía que no podía escapar de la mediocridad del lugar, pero también tenía el convencimiento de que debía pensar que allí había una parte escondida, fantástica".
En esta novela, que ya se ha convertido en un fenómeno editorial en 25 países, ahonda, asimismo, en la soledad del hombre moderno o en la amistad, y no deja de contraponer, a lo largo de las más de 300 páginas del texto, los sueños que se tienen de niño con la realidad con la que se encuentran los adultos.
Con un británico y en ocasiones triste sentido del humor, Catherine O'Flynn enfrenta a una solitaria niña del año 1984, Kate Meaney, que quiere ser detective e incluso tiene una oficina en su habitación, con personajes de los años 2003 y 2004 como Kurt, un vigilante de Green Oaks, o Lisa, una encargada de tienda de discos, con unas vidas que no les satisfacen.
Kate, asegura su creadora, "simboliza todo lo que perdemos cuando crecemos, como el dinamismo e incluso el norte de nuestras vidas".
Cuando se le pregunta si ella misma echa de menos algunas de sus vivencias de niña, con un padre propietario de una tienda de caramelos, O'Flynn responde que no quiere idealizar el pasado, porque "creo que nada es blanco o negro, pero es cierto que los grandes centros comerciales están acabando con el pequeño comercio, aunque hay tiendas pequeñas que merecen, asimismo, morir".
Ante el éxito del libro, especialmente en Gran Bretaña, una importante productora ya ha comprado los derechos para convertirlo en una película que dirigirá el irlandés John Crowley, director de "Boy A" e "Intermission", entre otros filmes.
La escritora desconoce todavía quién formará parte del reparto y dice sentir una cierta curiosidad por saber quién interpretará el papel de Kate, la niña detective.
En cuanto a nuevos proyectos, Catherine O'Flynn -una pesimista nata que en los últimos meses toca madera constantemente- señala que ya ha terminado un primer borrador de un nuevo relato, que transcurrirá, de nuevo, en Birmingham y que tiene que ver con el envejecimiento, aunque "con un punto menos de tristeza que 'Lo que perdimos".
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