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Un catedrático cree que las cartas del autor Ganivet lo elevan a paradigma de la modernidad

EFE

La publicación del "Epistolario" de Ángel Ganivet, que reúne 609 cartas de las que un centenar han permanecido inéditas hasta ahora en la colección de la Hispanic Society de Nueva York, revela al autor granadino como "paradigma de la modernidad literaria", según el catedrático de Literatura Fernando García Lara.

Publicado por la Diputación de Granada en edición del catedrático de Literatura Española de la sevillana Universidad Pablo de Olavide, el "Epistolario" supone "una vuelta de tuerca más en la manifestación de esa modernidad" por tratarse de una escritura "desinhibida, libre de corsés ideológicos, refractaria al poder".

En declaraciones a Efe, García Lara señaló que Ganivet "no fue nunca un hombre de la sociedad literaria española; toda la suya es una escritura que se valora póstumamente, y sus dos novelas se las pagó él de su bolsillo".

Además, su vida "tuvo ciertos aspectos estrafalarios, culminados por su suicidio, que se complementó con una obra difícil de encasillar, iconoclasta y de imprecisa definición" que en seguida llamó la atención de sus amigos, según García Lara.

Reunidas en un volumen de casi 1.400 páginas, estas cartas fueron escritas en el decenio que va de 1888, año de su llegada a Madrid, a 1898, año en que se suicidó, a los 33 años de edad, arrojándose a las gélidas aguas del río Duina, en Riga (Letonia).

El drama de Ángel Ganivet se debió, según García Lara, a la contradicción que le supuso su "destierro voluntario", consecuencia de su carrera consular (la consular no se uniría a la carrera diplomática hasta 1929), que le podía deparar destinos como Canadá o Hong-Kong o, como fue el último suyo, en Riga, y sus deseos de volver a Granada.

García Lara aseguró que las cartas hasta ahora inéditas también podrían servir para completar el perfil psiquiátrico de Ganivet, la "patografía" que ya trazó el psiquiatra Carlos Castilla del Pino, en la que por sus propios escritos y por testimonios ajenos determinó un trastorno bipolar.

Del día antes de su suicidio existen testimonios de un comportamiento caracterizado por la manía persecutoria, recordó el catedrático, quien dijo que lo determinante fue la decisión de Ganivet de denunciar la situación del consulado en Riga pidiendo su supresión o traslado a otro lugar ya que, pendiente del comercio, sólo era operativo tres meses al año y, a su juicio, un derroche para España.

La contradictoria vida del autor de "Idearium español", "El porvenir de España" o "Los trabajos del infatigable creador Pío Cid" se caracterizó también por su "carácter indómito" y "una vida familiar llena de cariño", por sus lejanos destinos y el hecho de tener siempre tuviera presente a la ciudad de Granada, según García Lara.

Para el catedrático, el carácter estrictamente privado de estas cartas -a diferencia de sus "Cartas Finlandesas"- no es lo menos interesante, ya que el autor se expresa "sin contención, desbordado y libremente", y son cartas "paralelas" a su obra literaria, en las que trata de los mismos temas y los mismos argumentos con los que va construyendo aquélla.

Sobre su personalidad, el editor del "Epistolario" reconoció que Ganivet "labró su propia locura", con un carácter imposible -"era un ogro", aseguró- y enemistándose con los funcionarios que tenía que tratar por su misión comercial.

García Lara afirmó que Ganivet también hubiera sido un brillante lingüista, que dedicó su tesis doctoral al sánscrito, lengua que conoció como el latín, mientras que dominó también el francés, el alemán y, parcialmente, el sueco.

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