Este artículo se publicó hace 14 años.
Castilla y León receta poesía en la FIL mexicana para cambiar el mundo
Las palabras del poeta pueden convertirse en un acto de legítima defensa, de sublevación civil, para confrontar a los bandoleros del poder, incitó hoy el poeta leonés Juan Carlos Mestre al público de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), donde Castilla y León es invitada de honor.
Junto a otros cuatro paisanos y compañeros de andanzas literarias, Mestre puso rostro y voz a la literatura de Castilla y León en la Vinoteca que la comunidad ha montado en el certamen literario, y logró insuflar poética pasión guerrera en los corazones que le escuchaban.
"Creo radicalmente en la utilidad de la poesía, porque creo en la utilidad de las palabras", declamó con aplomo en la charla -organizada para dar a conocer sobre todo la lírica actual de Castilla y León- el ganador del Premio Nacional de Poesía en 2009.
Para el autor, una sociedad empieza a corromperse cuando empiezan a hacerlo sus palabras, y por ello la labor del poeta es importante en el contraataque para frenar "el uso que ha hecho el poder de las palabras".
Su trabajo consiste también, precisó, -aunque nadie se lo haya pedido pero consciente de que dedicará a ello hasta su último aliento- en "repoblar espiritualmente el mundo".
A su lado, el narrador salmantino Luciano González Egido quiso ir por el mismo camino, pero con una meta más modesta: "tratar de luchar contra la indiferencia de la gente".
Primero, y fundamentalmente, ha de hacerse gozar al lector con la palabra; y después es posible que se produzca una acción por parte de quien lee. Sin embargo, los bajos niveles de lectura generales convierten la idea de que la poesía puede cambiar el mundo en una expresión demasiado optimista, reconoció.
"La literatura tiene que ver con la vocación de salvar lo que amamos, lo que nos parece importante", terció el novelista y poeta vallisoletano Gustavo Martín Garzo. Y hacer literatura es, inevitablemente, una transgresión, un acto de crítica.
El poder supremo de la palabra poética es, no obstante, ese "poder maravilloso de tender puentes", concluyó el acto, en el que también tomó parte el poeta Eduardo Fraile.
Entre el público estaba el Premio Cervantes 2006, el poeta Antonio Gamoneda, capitán de la presencia de las letras castellano leonesas en la FIL, que tomará parte estos días en varios actos.
Castilla y León seguirá protagonizando la FIL, un certamen que espera en torno a 600.000 visitantes y reúne a casi 2.000 editoriales, hasta el domingo cinco de diciembre. Para entonces, las letras castellanoleonesas habrán protagonizado sesenta actos.
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