Este artículo se publicó hace 15 años.
La Casa Blanca anuncia la mayor reforma financiera desde la Gran Depresión
Tras la actual debacle se esconde la "cultura de la irresponsablidad" que se adueñó de Wall Street y Washington, según el presidente de EEUU
Un punto de inflexión inequívoco en la política económica estadounidense. Su presidente, Barack Obama, se ha propuesto reformar el actual sistema financiero para acabar con los "abusos y excesos" del pasado y dotar de mayor control y transparencia al mercado.
Ha sido en la Casa Blanca, como telón fondo, donde ha anunciado los detalles de la mayor reforma financiera desde la Gran Depresión de los años 30, con la que busca restaurar la confianza en el sistema financiero de Estados Unidos y prevenir una crisis como la actual, que Obama atribuye a la "cultura de la irresponsabilidad".
Obama ha culpado de la crisis a la falta de estructuras adecuadas para prevenir "los abusos y los excesos", en una declaración cuyo texto fue adelantado por el Gobierno. Tras la actual debacle se esconde la "cultura de la irresponsablidad" que se adueñó de Wall Street y Washington, ha agregado.
"Sabemos que esta recesión no es el resultado de un fracaso sino de muchos""Sabemos que esta recesión no es el resultado de un fracaso sino de muchos, y muchos de los difíciles desafíos que afrontamos son producto de una cascada de errores y oportunidades perdidas durante el curso de varias décadas", afirmó.
El plan otorga competencias adicionales a la Reserva Federal para la supervisión del sistema financiero y creará también una nueva agencia para la protección de los consumidores.
Además, requerirá que todas las firmas financieras que supongan un riesgo significativo para el sistema estén sujetas a una gran supervisión y regulación. La reforma aboga también a favor de una mayor disciplina y transparencia en los mercados y de cooperación adicional a nivel internacional en el sector financiero.
"Mi Gobierno propone hoy una reforma radical del sistema de regulación financiero, una transformación a una escala no vista desde las reformas que siguieron a la Gran Depresión", explicaba Obama durante su discurso.
Pese a la necesidad de regular el sistema, el plan anunciado, según Obama, persigue un "cuidadoso equilibrio. El libre mercado ha sido y seguirá siendo el motor del progreso estadounidense", destacó, para insistir que el sector empresarial es más eficaz a la hora de crear empleo que el Gobierno. Recalcó además que el papel del Estado no es el de reprimir a los mercados "sino el dar rienda suelta a su creatividad e innovación".
Recordó que en los últimos años se multiplicaron los instrumentos financieros complejos, como los activos respaldados por hipotecas, cuyo objetivo era distribuir el riesgo pero que en realidad no hicieron más que concentrarlo.
"Este no fue simplemente un fallo de los individuos, fue un fallo de todo el sistema"Fueron esquemas construidos sobre "arenas movedizas" que alimentaron un apetito de riesgo desenfrenado, que llevó a las entidades crediticias "a rebajar sus estándares para atraer nuevos prestatarios", dijo el mandatario.
"Muchos estadounidenses compraron casas y pidieron dinero prestado sin informarse adecuadamente sobre los términos y sin a menudo aceptar sus responsabilidades", afirmó. "Este no fue simplemente un fallo de los individuos, fue un fallo de todo el sistema", afirmó.
Insistió en que su Gobierno se ha propuesto crear unos cimientos más sólidos para lo que apostará por las energías renovables, la mejora de la educación y una reforma sanitaria que ofrezca cobertura médica universal.
"Las reformas que proponemos hoy buscan la aplicación de reglas que permitan a nuestros mercados impulsar la innovación y desalentar el abuso", explicó.
Las principales novedades
La Reserva Federal, ha precisado Obama, tendrá "nuevas competencias y responsabilidades para regular a las compañías bancarias y otras grandes firmas que, de fracasar, plantean un riesgo a toda la economía. Si puedes plantear un gran riesgo eso implica que también tienes una gran responsabilidad", dijo.
Obama propone de igual modo también "una nueva y poderosa agencia con un único trabajo: proteger a los consumidores de a pie".
"Esta nueva agencia tendrá el poder de fijar estándares de forma que las compañías compitan al ofrecer productos innovadores que los consumidores de hecho quieran y entiendan", subrayó. En tercer lugar, recomendó cambios para acabar con las duplicaciones entre las agencias que se encargan de la regulación del sistema financiero.
Por último, la reforma, desde su esencia, tratará de imponer una mayor disciplina y transparencia en los mercados y de cooperación adicional a nivel internacional en el sector financiero.
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