Este artículo se publicó hace 17 años.
El "Cartagena" niega que acusara a los procesados de planear un atentado contra la Audiencia Nacional
El ex confidente "Cartagena" ha asegurado hoy que la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía se inventó todas sus declaraciones en las que inculpaba a los treinta procesados en la "operación Nova" y les acusaba de planear un atentado contra la Audiencia Nacional.
"La única declaración voluntaria es la de hoy", ha sostenido el testigo, que de esta forma se ha desdicho -tal y como hizo cuando declaró en el juicio del 11-M- de las manifestaciones que realizó durante la instrucción y que permitieron desarrollar la "operación Nova" en 2004.
"He estudiado mi conciencia. No está tranquila y tenía que decir la verdad", ha añadido el ex confidente, que compareció en calidad de testigo protegido en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra los 30 presuntos terroristas, donde ha subrayado que él únicamente firmaba las declaraciones que la UCIE le daba bajo la amenaza de ser expulsado de España.
En estas declaraciones, que se han leído en la vista, "Cartagena" manifestó que el supuesto líder de la célula, Mohamed Acrhaf, le había contado por carta su deseo de atentar contra la Audiencia Nacional pues "era más importante atentar contra cuatro jueces que contra el presidente del Gobierno".
El testigo ha subrayado que fue la UCIE, con el contenido de las cartas que le remitió Acrhaf, la que "añadió lo del atentado" y que, aunque él sabía que se lo estaban inventando, "tenía que firmar (la declaración) porque estaba amenazado".
Sin embargo, el testigo no ha negado la conversación que mantuvo con Kamara Birahima, uno de los acusados que supuestamente se encargó de buscar los explosivos para cometer el atentado, y ha explicado que le preguntó si conocía a alguien que vendiera explosivos porque Acrhaf se lo había pedido.
A preguntas del presidente del tribunal, Alfonso Guevara, el testigo ha precisado que le dijo a Birahima que Acrhaf estaba interesado en lo de los explosivos porque la UCIE se lo ordenó, pero que era un señuelo para que le diera la información.
"Cartagena" describió a Acrhaf, cuyo verdadero nombre es Abderraman Tahiri, como un "musulmán religioso, practicante, conocedor del Islam" aunque "moderno, sin barba" y que es "imposible imaginarle dirigiendo un rezo".
Además ha considerado que era "generoso" porque se preocupaba por los presos islamistas y ha asegurado que nunca dijo que conociera a "todos los 'muyahidines' del mundo" y que si aparece así en sus declaraciones es porque la UCIE le obligó a hacerlo.
Durante el interrogatorio, se produjo un rifirrafe entre el testigo y el presidente del tribunal, cuando el primero estaba explicando que junto con otra persona escribían cartas a presos islamistas y el magistrado le pidió que precisara la identidad de esa persona, lo que "Cartagena" no ha hecho y ha rectificado su repuesta.
Guevara le ha ordenado que no corrija su respuesta y le ha advertido de que tomaría medidas si no respondía a quiénes se refería con su afirmación, lo que ha provocado que el testigo exigiera un intérprete, algo que el presidente no le ha permitido.
El testigo ha insistido en que no habla bien el español y el magistrado le ha gritado: "que se calle, se calla cuando yo estoy interrogando" y "Cartagena" le ha dicho que no tiene derecho a gritarle, lo que ha provocado que el presidente le recordara que está bajo juramento y tiene obligación de responderle.
A continuación, el testigo ha explicado que el acusado Majid Mcmacha y él escribieron "una o dos cartas" a presos islamistas.
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