Este artículo se publicó hace 13 años.
Cara de asco
Rajoy se tapa la nariz con Camps candidato
Hay dos fotos de la convención del PP en Mallor-ca que lo dicen todo. En una, David Pérez capta en la portada de Público del sábado la actitud de María Dolores de Cospedal ante el beso que le planta Francisco Camps, que expresa distancia. En la otra, Tolo Ramón captura para El País la fracción de segundo en la que Mariano Rajoy pone cara de asco al girar su rostro en di-rección a Camps.
"Bueno, ya hemos cumplido, ¿no?", dice ufano el presidente del PP a los periodistas, como sugiriendo que acaba de ocurrir lo que nadie se creía, la nominación de Camps para la Presidencia de la Generalitat. Rajoy y Cospedal han dejado su nombramiento para el final, intentando que fuera Camps quien durante todo este largo tiempo de avatares judiciales se aviniera a aceptar que lo mejor para el PP era su dimisión.
La nominación de Camps es un mensaje lanzado al juez José Flors
La política de Camps, con el respaldo de Federico Trillo, ha sido exactamente la contraria: intentar desactivar la causa contra él mostrando su poderío, su capacidad para lograr que el PP le siguiese aceptando hasta conseguir la nominación. Ciertas fuentes estiman que, cuando Rajoy afirma que ya ha cumplido, hay un pacto implícito según el cual Camps, de sentarse en el banquillo tras las elecciones del 22 de mayo, y en el caso de ser declarado culpable por cohecho, presentaría su dimisión.
Lo que esta versión oculta es el daño irreparable que ha producido ya la nominación de Camps. Porque la primera consecuencia es un mensaje dirigido al juez José Flors: piénselo usted varias veces porque va a sentar en el banquillo "por dos o cuatro trajes" al candidato que el PP ha decidido volver a nominar.
La segunda es que, si el juez convoca a audiencia preliminar y dicta su auto de apertura de juicio oral, de aquí a dos semanas, el candidato del PP ya está a la espera de ser enjuiciado. La tercera es que, según las encuestas, este será el candidato, próximo a ser juzgado, vencedor en las elecciones. Y la cuarta y última es que nada menos que un juicio con jurado deberá dictar su veredicto sobre el president de la Generalitat.
Ayudado por Trillo, Camps ha mostrado su poderío hasta hacerse candidato
En otras palabras, estamos ante uno de los intentos de berlusconización más espectacular de la política española. Es decir, Camps, como lo ha hecho hasta ahora no sin ciertos éxitos, bajo la dirección letrada de Trillo, va a utilizar la autoridad de su renovado cargo de president de la Generalitat para dar el puntapié final contra la independencia judicial.
Mientras, en el PSOE, JoséLuis Rodríguez Zapatero, que no se postulará a un tercer mandato, sopesa si quedar en libertad el próximo 28 de marzo para anunciar su decisión antes de las elecciones. El presidente, se asegura, tiene la convicción de no presentarse y es autónoma respecto a resultados electorales y encuestas.
¿Por qué después del 28 de marzo? Porque en esa fecha debe aprobarse el decreto de convocatoria de las elecciones municipales. Si Zapatero anunciase antes que no es candidato, el PP tendría una buena razón para hacer campaña durante los 20 días que quedan a favor de que también se convoquen elecciones generales junto con las municipales y autonómicas el 22-M. ¿Hará uso Zapatero de esa libertad para anunciar su decisión antes de las elecciones o lo dejará para después? Continuará.
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