Este artículo se publicó hace 15 años.
La captura de un avión con fusiles desata el temor a la lucha armada
Los líderes de la Resistencia en Honduras se oponen al uso de la violencia
"La Resistencia está buscando armas en los países limítrofes y para nosotros es imposible decirle al pueblo hondureño que no se llegue a esa lucha". La incontinencia verbal de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, ha disparado las alarmas del Ejército hondureño que, según ha podido saber Público, ya se mostraba preocupado ante ciertos movimientos de la Resistencia más radical.
La primera consecuencia no se ha hecho esperar: el hallazgo de un narcoavión carguero venezolano en un paraje recóndito del departamento de Olancho. Las primeras informaciones relacionaron al avión (mucho más grande que las habituales avionetas que trasladan cocaína desde Venezuela y Colombia para EEUU) con el tráfico de drogas. Pero distintas fuentes policiales confirmaron a este periódico que sospechaban que incluyera armas (fusiles AK-47) en su interior, según testimonios recogidos en la zona. Incluso dólares, según las mismas fuentes.
El avión apareció horas después del derribo de una torre eléctrica en las cercanías de San Pedro Sula, la capital económica del país. La acción es atribuida a la Resistencia. Y es que los movimientos más radicales de la oposición hondureña no descartan "acciones de lucha" contra los golpistas. Incluso los más atrevidos ya manejan términos para esa guerrilla, que incluiría el término "morazanista" (Morazán fue el libertador hondureño, el Bolívar de Centroamérica).
En más de una ocasión, han mantenido contactos con dirigentes de la antigua guerrilla salvadoreña del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional. Ya lo dijo Hugo Chávez al finalizar la reunión del Alba en Cochabamba: "¿Alguien se sorprendería si se levantara un movimiento armado en la montaña de Honduras?".
Incluso el presidente derrocado, Manuel Zelaya, ya se lo advirtió a los eurodiputados del PP que le visitaron en la Embajada de Brasil: "Si no llegamos a un acuerdo, estas elecciones serán como las de Afganistán". En principio, la Resistencia radical se plantea acciones para retomar la calle, por un lado, y boicotear las elecciones, por otro. Desde quemar las urnas del 29-N hasta la toma de distintas embajadas para pedir asilo. Los dos principales líderes de la Resistencia, Juan Barahona y Rafael Alegría, no están de acuerdo con el uso de la violencia. Insisten en continuar su cruzada pacifista. Y en salir triunfantes gracias a ella.
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