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"El capitalismo es el mal", dice la nueva película de Moore

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El capitalismo es malvado. Esa es la conclusión del último trabajo del estadounidense Michael Moore "Capitalism: A Love Story", que se estrena en el festival de cine de Venecia el domingo.

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Mezclando su característico humor con tragedias personales, trabajo de campo y trampas publicitarias, el director, de 55 años, lanza un ataque al sistema capitalista, alegando que beneficia a los ricos y que condena a millones de personas a la pobreza.

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Los malos, según Moore, son los grandes bancos y los 'hedge funds', que se "jugaron" el dinero de los inversores en subproductos de los que pocas personas o nadie sabe y que pertenecían al casino. Mientras tanto, grandes compañías se han preparado para despedir a miles de trabajadores a pesar de los grandes beneficios obtenidos.

Moore también critica la incómoda y estrecha relación entre los bancos, los políticos y la tesorería estadounidense, que ha supuesto un cambio en la normativa para favorecer a unos pocos en Wall Street en lugar de a muchas más personas de a pie.

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Dice que animando a los americanos a pedir préstamos para pagar sus casas los empresarios crearon unas condiciones que llevaron a la crisis financiera, y con ello, falta de vivienda y paro.

Moore entrevista a sacerdotes que creen que el capitalismo es anticristiano porque no protege a los pobres y empuja a la avaricia.

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"Básicamente tenemos una ley que dice que apostar es ilegal, pero hemos permitido a Wall Street hacer esto, ha jugado con el dinero de la gente y lo ha utilizado en esa locura de los subproductos", explicó el director al público en Venecia.

"Necesitan más que una normativa. Tenemos que estructurarnos de una manera diferente para crear finanzas y dinero, ayuda para el empleo, las empresas, etc. para mantener una economía sana", añadió.

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¿APUESTA POR LO VERDE?

A pesar del pesimismo, Moore detecta los comienzos de un movimiento popular contra el capitalismo sin límites, y cree que puede haber surgido tras la elección del presidente Barack Obama.

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La película sigue a los trabajadores de una fábrica que protagonizan una sentada en una fábrica de vidrio de Chicago cuando son despedidos con poca antelación y sin indemnización y a quien está en el banco.

Y a un grupo de ciudadanos que ocupa una casa que ha sido embargada y sellada por la compañía prestamista, y obliga a la policía que va a despejar la zona a echarse atrás.

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"El capitalismo es el mal y no puedes regular el mal", concluye la película, de dos horas.

"Tienes que eliminarlo y reemplazarlo por algo que sea bueno para todos, y ese algo es la democracia".

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"Capitalism: A Love Story" revisa alguna de las demás películas de Moore, incluyendo un viaje a su Flint natal, donde su padre trabajaba en una línea de montaje de coches y pudo comprar una casa, un coche, educar a sus hijos y obtener una pensión.

Pero actualiza la historia para examinar la crisis económica, y busca, aunque no lo consigue, hablar con los jefes de algunas compañías responsables del colapso y pregunta a varios empresarios si pueden explicarle qué son exactamente esos subproductos.

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Cuando pide consejo, un hombre fuera de plano dice: "No hagas más películas".

Moore lleva un camión hasta algunos de los mayores bancos de Nueva York y, con un megáfono, pide que devuelvan los cientos de miles de millones de dólares al país.

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Y entrevista al empleado de una empresa que compra propiedades embargadas o "afectadas" a tan solo una parte de su valor original llamada Condo Vultures.

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