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Calamaro, el boxeador de las ideas flotantes

Un total de 109 canciones, 54 de ellas inéditas, componen la antología del cantante argentino Andrés Calamaro

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Una rueda de prensa de Andrés Calamaro es sinónimo de espectáculo. Empezando por su pose ante los periodistas: de pie, con el micro en la mano y contorneándose a un lado y al otro. Una mezcla entre Elvis y Cassius Clay. El cantante reunió ayer a los medios en un céntrico hotel de Madrid para presentar la caja Obras incompletas, que incluye seis CD tres de ellos, los más sustanciosos, con material inédito, dos DVD y un libro.

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Ataviado con un sombrero y una camiseta negra con la inscripción "I saw Elvis" (Yo ví a Elvis), el cantante fue presentado por Fernando Trueba, que sembró su discurso de íntimas confesiones sobre su relación con el repertorio del argentino. "Yo, que tengo que hacer ejercicio, me pongo la música de Andrés y me da un gran subidón, puedo caminar kilómetros y kilómetros sin enterarme", reveló el director de cine.

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Pero la estrella era la estrella. Cuando habla, al menos con los periodistas, Calamaro es como un arquero beodo: la sentencia ingeniosa flota en algún lugar de su mente, deambula alrededor de ella, la visibiliza, apunta tembloroso con la flecha y, finalmente, cuando dispara, la dirección del tiro es impredecible. Un ejemplo: "Esta caja recoje canciones desde el 97 al cero cero siete, ehm... un año con licencia para matar". En decir esta sencilla frase tardó casi un minuto.

Rara vez responde a lo que le preguntan, aunque en la mayoría de ocasiones la respuesta final es más interesante que la cuestión del periodista. Parece a la defensiva, como cuando se lía a hablar del precio de su nuevo disco: "Lo mejor para la crisis es esta caja negra, que como buena caja negra tiene respuestas. ¿Qué otras cosas pueden comprarse con 60 euros? ¿Pueden comer sushi dos personas? Quizás sí, pero sin vino. Y ya si hablamos de travestis, cocaína... Vamos, que está muy barata la caja".

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Obras incompletas incluye 54 temas inéditos, tan solo una pequeña parte del monumental archivo de descartes y rarezas que Calamaro ha acumulado en la última década. "Fue imposible escucharlo todo. Es probable que acabe como Rocky, haciendo cinco partes de mis obras incompletas", bromeó. Una periodista le pregunta por las tres canciones que más le han marcado de su repertorio: "Si me costó elegir cien para este recopilatorio, ¿cómo voy a quedarme con tres?".

El artista ha prometido que este nuevo trabajo sorprenderá al público, que espera "sea capaz de terminar de escuchar algunas canciones" como El manifiesto Común. En este tema se realiza una "reducción del Manifiesto Comunista de Karl Marx" y, con un tono de denuncia, se refiere a prácticas ilegales de las dictaduras.

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Lo crean o no, el hombre que en el año 2000 publicó cien canciones inéditas de una tacada se declaró ayer un artista incompleto. "Cuando tocas con el Niño Josele o Jerry González el baño de humildad es permanente", dice, y se queda en silencio varios segundos. "La capacidad para llenar lo que nos falta es lo que nos hace extraordinarios o imbéciles", sentencia y, agachándose, le susurra a Trueba: "¿Lo dije bien?".

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