Este artículo se publicó hace 15 años.
Cae una banda especializada en robos en viviendas con sus moradores dentro
La Guardia Civil ha detenido a diez supuestos integrantes de una banda especializada en cometer robos con fuerza en viviendas con sus moradores dentro, en una operación desarrollada en Italia y Alicante en la que se han intervenido munición de armas de fuego y gran cantidad de joyas.
En siete registros domiciliarios, los agentes se han incautado también de diecisiete vehículos de alta gama, dinero en efectivo, documentación falsificada y herramientas para llevar a cabo los actos delictivos, han informado hoy fuentes del Instituto Armado.
Al grupo se le atribuye la autoría de más de cincuenta delitos, en su mayoría robos en viviendas con sus moradores dentro, perpetrados en las provincias de Alicante, Murcia, Valencia y Almería.
Igualmente, los presuntos ladrones están acusados de los delitos de blanqueo de capitales, asociación ilícita y receptación.
El cabecilla y su compañera sentimental fueron detenidos en Italia, en colaboración con el Arma de Carabinieri.
También fue hallado un "escondite-zulo" en un paraje deshabitado del municipio alicantino de San Miguel de Salinas, presuntamente empleado por la banda para ocultar herramientas, guantes, ropa, efectos procedentes de los robos y varios cartuchos sin percutir de un arma corta.
Las investigaciones comenzaron en octubre de 2008, cuando la Guardia Civil detectó la presencia de un grupo de individuos (seis albaneses, dos rumanos, un búlgaro y un español) que cometía robos en la comarca alicantina de la Vega Baja.
Tras las primeras pesquisas, los agentes descubrieron que la banda estaba asentada en Torrevieja (Alicante) y compuesta por varias personas, en su mayoría albaneses, con un amplio historial delictivo.
La organización contaba con el apoyo de mujeres de origen rumano, que, además de ser las compañeras sentimentales de los ahora arrestados, alquilaban viviendas donde esconderse, compraban tarjetas de teléfono, blanqueaban el dinero procedente de los robos y desempeñaban labores de contra-vigilancia para evitar que fueran detectados y arrestados.
Tras siete meses de investigación, los agentes identificaron y localizaron a los miembros del grupo, aunque el presunto cabecilla se encontraba en Italia.
Para proceder a su captura, la Guardia Civil siguió la pista de su novia y averiguó que se desplazaría a una localidad cercana a Génova (Italia), donde ambos fueron detenidos.
Paralelamente, en la provincia de Alicante se arrestó a otros ocho miembros de la banda.
Según las mismas fuentes, los efectos robados se vendían en España a receptadores habituales y el dinero obtenido era enviado por las compañeras sentimentales de los ladrones a sus países de origen.
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