Este artículo se publicó hace 16 años.
Bush recibió lecciones de cultura árabe entre los rascacielos de Dubai
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo haber quedado impresionado por Dubai durante una visita a la ciudad emiratí de los rascacielos y la opulencia, en la que se sumergió en la cultura árabe.
Bajo una lluvia leve, lo que es considerado un buen augurio por los árabes, Bush llegó hoy a Dubai procedente de Abu Dhabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU), en una jornada en la que dejó de lado la política para agasajar por sus anfitriones.
El presidente fue recibido por el gobernante de Dubai, el jeque Mohamad bin Rached, que ostenta también los cargos de vicepresidente y primer ministro de los EAU, según el reparto de poder establecido en los siete emiratos que componen el país desde 1971.
En su residencia, conocida como la Casa del Jeque Saeed Maktoum, le dieron la bienvenida cantando seis niñas sin velo, lo que indica que tienen menos de nueve años.
"Bonitas manos", les dijo Bush, al verlas pintadas con "henna".
Posteriormente, Bush y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, junto al resto de la comitiva, se trasladaron a un centro cultural que lleva el nombre del jeque, omnipresente en Dubai.
De camino pasaron por Ski Dubai, el centro de esquí cubierto que cuenta con cinco pistas con nieve artificial para que los descendientes de los beduinos puedan sentir la emoción de una pendiente en los Alpes.
No pudieron observar, sin embargo, la actividad normal en uno de los centros comerciales y financieros más importantes de Oriente Medio porque bin Rached declaró hoy un día de fiesta en honor de su huésped, el primer presidente de EEUU que visita los EAU.
Ministerios, colegios, bancos, empresas privadas y la Bolsa de Dubai permanecieron cerradas en una urbe donde los rascacielos crecen de la noche a la mañana y que cuenta con la torre más alta del mundo, con 598 metros, aún en construcción.
Bush comió con un grupo de estudiantes de la Escuela de Gobierno de Dubai y se desconoce si le sirvieron sesos de cabra, como a los periodistas que le acompañaban.
Su siguiente parada fue el piso 27 del Burj al Arab ("la torre árabe"), un hotel de lujo con forma de vela construido dentro del Golfo Pérsico, a poca distancia de la playa.
"Estoy muy impresionado por lo que he visto aquí", dijo Bush a los jóvenes empresarios con los que se reunió allí, tras subrayar que "el espíritu emprendedor es fuerte".
"Quiero que entendáis algo sobre Estados Unidos: que os respetamos, que respetamos vuestra religión y que queremos colaborar en nombre de la libertad y la paz", les aseguró Bush.
En su visita a Dubai, el presidente evitó los temas polémicos, como su llamamiento a los países de la península arábiga para que refuercen su alianza con EEUU y aislen a Irán.
Los EAU son el principal socio comercial del país persa y en Dubai hay una nutrida comunidad de iraníes.
Tampoco habló del intento por parte de la empresa pública Dubai Ports de comprar operaciones portuarias en EEUU en 2006, un proyecto que la compañía abandonó tras las objeciones del Congreso.
Bush apoyó la transacción, pero los legisladores pusieron el grito en el cielo con el argumento de que hacía peligrar la seguridad del país.
Antes de llegar a Dubai, el presidente visitó en Abu Dhabi una exhibición sobre los proyectos que el Gobierno de ese emirato tiene planeados para la isla de Sadiyat.
En esta isla, Abu Dhabi desarrolla proyectos culturales y turísticos por valor de 27.000 millones de dólares, que incluyen la construcción del que será el "Louvre de las arenas".
Durante su presencia en los EAU, Bush alabó este país como "una sociedad moderna que usa su riqueza no sólo para educar a su pueblo, sino para estar en la última ola del cambio tecnológico".
"Espero que mi visita atraiga la atención hacia Oriente Medio y las oportunidades de colaborar con nuestros amigos y aliados", dijo
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