Este artículo se publicó hace 15 años.
Bryant quiere el anillo de líder y los Magic son el último obstáculo
El escolta estrella de Los Ángeles Lakers, Kobe Bryant, vuelve a tener la oportunidad de ver realizado el gran sueño de proclamarse campeón de liga por cuarta vez como profesional.
Pero eso no es lo que realmente más le motivará a Bryant cuando hoy, jueves, salte a la cancha del Staples Center para disputar el primer partido de las Finales de la NBA ante los Magic de Orlando, que se jugaran al mejor de siete con ventaja de campo para los Lakers.
El gran aliciente para Bryant, de 30 años, como sucedió la pasada temporada cuando perdieron el anillo de campeones a manos de los Celtics de Boston, es que sería el primero que lograse como líder indiscutible del equipo, sin la sombra del legendario pívot Shaquille O'Neal.
"Somos conscientes, yo el primero, de que el año pasado no completamos el trabajo y eso es lo que tenemos que hacer esta vez ante los Magic", declaró Bryant. "Llegamos a la final siendo más equipo, más experimentados y sobre todo con mayor poder físico".
Bryant ya sabe lo que es ganar hasta tres títulos consecutivos (2000, 2001 y 2002), pero todos ellos al lado del pívot Shaquille O'Neal, el ex jugador alto más dominante de la liga, que llegó precisamente de los Magic, en 1995, para convertirse en el líder indiscutible del equipo.
Su personalidad, su juego y su carisma le robaron el protagonismo individual y colectivo a Bryant, que siempre, de alguna manera, quedaba en un segundo plano.
Pero cuando encontró el momento oportuno se presentó ante el dueño de los Lakers, Jerry Buss, para declararle su "rebeldía": quería ser el líder único del equipo y también campeón de liga.
Buss le aceptó el reto y además le prometió, a su vez, que le pondría a su lado el talento suficiente para conseguir tal objetivo.
La promesa de Buss no fue fácil de cumplir y Bryant tampoco pudo demostrar que como líder solitario era capaz de conseguir un título de liga.
Pero todo cambió a partir del traspaso "regalo" del ala-pívot español Pau Gasol, que los Grizzlies le dieron a los Lakers por mediación del legendario Jerry West, ex presidente del equipo de Memphis.
La llegada de Gasol fue providencial para que Bryant y los Lakers alcanzasen las Finales del 2008, a las que llegaron como grandes favoritos. Pero se encontraron con la mejor versión de los Celtics de Boston y el líder "rebelde" sufrió la mayor decepción de su carrera al perder la serie por 4-2.
"Espero que esta vez podamos concluir el trabajo que dejamos pendiente el año pasado", declaró Bryant. "Respetamos a los Magic, pero tenemos doble obligación de ganar el título de campeones".
Bryant también es consciente de que en su caso existe una tercera obligación, la de lograr el primer anillo de líder y dejar cumplida la promesa que le hizo a Buss.
El entrenador de los Lakers, Phil Jackson, que también tiene el gran reto de ser el máximo ganador de títulos en la historia de la NBA, apoyó los objetivos de Bryant.
"Tenemos una gran oportunidad, pero hay que saber aprovecharla", comentó Jackson. "Los Magic son, con todo el merecimiento, el mejor equipo de la Conferencia Este y tienen también opciones al título".
Jackson, 63 años, 19 temporadas en la NBA como entrenador con 1.041 partidos ganados, 205 en la fase final, y nueve títulos, tendrá de rival en el banquillo de los Magic a Stan Van Gundy, que debuta en la lucha por un título en la que es su quinta temporada como entrenador.
"Todo les favorece, las estadísticas, la experiencia, pero también somos el último obstáculo que tendrán que superar", comentó Van Gundy. "Si jugamos bien podemos hacer historia".
Van Gundy reconoció que la combinación Bryant-Gasol era sin discusión la mejor que había en la liga, pero recordó que sus tiradores de triples no tenían rival.
"Sabemos cuáles son nuestras opciones, tanto en ataque como en defensa, y las vamos a explotar al máximo", agrego Van Gundy. "Nadie nos daba opción de estar en las Finales y ahora estamos a las puertas del título de liga".
El entrenador de los Magic y el resto de los jugadores, encabezados por "Superman" Dwight Howard, conocen que la mayoría de los pronósticos, incluido el del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, les da como perdedores en cinco o seis partidos de la serie.
"Está perfecto que los Lakers sean considerados como los más fuertes, los mejores y los grandes favoritos", señaló Howard. "De momento, la serie está 0-0 y después del primer partido podremos hablar con mayor conocimiento de causa".
Howard dijo que muchos se habían olvidado del 2-0 que lograron durante la temporada regular ante los Lakers.
"Somos el mismo equipo, pero con mayor experiencia, más en forma y mayor motivación", subrayó Howard. "Si antes éramos ya un obstáculo difícil, ahora para ganarnos será todavía mucho más complicado porque somos campeones de la Conferencia Este".
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