Brown elogia el liderazgo de Zapatero al frente de la UE

El primer ministro británico, Gordon Brown, elogió ayer a Zapatero y dio su apoyo a las primeras iniciativas de la presidencia española de la Unión Europea. En una comparecencia conjunta con el presidente de la UE, Herman Van Rompuy, Brown dijo que las ideas del jefe del Ejecutivo español sobre empleo serán fundamentales para buscar el consenso en la cumbre europea del 11 de febrero.

"Nadie ha mostrado más liderazgo en llevar al primer plano de la agenda política los temas de empleo y crecimiento que el primer ministro Zapatero en las últimas semanas apuntó Brown. En particular, creo que su interés por buscar empleos para losjóvenes es compartido en toda Europa".

Van Rompuy también apoyó las ideas expresadas por Zapatero sobre los asuntos de Gobierno de la UE en relación a la política económica, aunque dio prioridad a los incentivos positivos para que los países mejoren sus números económicos, antes que "pensar desde el principio en sanciones y multas".

En cualquier caso, opinó que las ideas económicas de Zapatero son "ambiciosas" y que todavía no hay consenso sobre el camino que hay que seguir.

Ambos respondían a la pregunta de un periodista que cuestionó la contribución de la presidencia española de la UE a la solución de la crisis por el alto índice dedesempleo que sufre España. De la respuesta de Van Rompuy se podía deducir que el presidente europeo estaba marcando distancias con respecto a las propuestas de Zapatero, sin descalificarlas, y Brown salió al quite para hacer una valoración completamente elogiosa de sus primeras iniciativas.

En cierto modo, Brown está en deuda con Zapatero desde que el presidente del Gobierno español acudió al congreso anual laborista en septiembre para mostrar su apoyo a su colega británico en una época en la que los sondeos eran muy desfavorables para el partidode Brown.

Aunque la comunicación entre el PSOE y los laboristas nunca ha sido intensa, en el último año, Zapatero y Brown han desarrollado una relación muy estrecha. Ambos países han apostado por la inyección masiva de fondos públicos en una economía de crisis y se muestran reticentes a una retirada drástica de los estímulos fiscales, como sostienen otros países europeos menos afectados por la recesión.