Este artículo se publicó hace 14 años.
BP lanza un nuevo plan para frenar el vertido
BP lanzó el lunes un plan con el que espera incrementar notablemente la cantidad de crudo que captura del vertido de crudo en el golfo de México, mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó a la zona afectada en otra visita para mostrar su liderazgo en la crisis.
En un reflejo de la creciente presión sobre la firma, las acciones de BP se desplomaron cerca de un 10 por ciento en Londres, por temor al costo final del derrame y a las dudas sobre si pagará el dividendo trimestral. Los títulos de la empresa cerraron con un descenso del 9,30 por ciento.
BP dijo que podría aumentar el volumen del petróleo que estaba capturando a unos 40.000-53.000 barriles diarios, frente a los 15.000 barriles actuales, hacia finales de este mes, y a 60.000-80.000 barriles para mediados de julio. Sin embargo, añadió que no podía garantizar la absorción de todo el crudo.
El Gobierno de Obama había fijado el sábado un plazo de 48 horas para que la compañía presente un nuevo plan de recolección del petróleo derramado, luego de que científicos aseguraron que el flujo de la fuga desde el pozo de BP era muy superior a lo que se creía.
El vertido, que ya lleva 56 días, podrá ser contenido pero no detenido, al menos hasta agosto cuando esté terminado un pozo auxiliar.
Obama empezó el lunes una visita de dos días a la costa estadounidense del Golfo y se dirigirá a la nación en un mensaje que será transmitido en la noche del martes. Al día siguiente al con la cúpula de la compañía británica para un encuentro que la Casa Blanca espera sea "muy franco".
El derrame ha ido relegando ambiciosos temas de la agenda política de Obama, que incluían el impulso a la creación de empleos y la reforma de Wall Street. Ambas materias son claves para las elecciones parlamentarias de noviembre, en las que el Partido Demócrata, espera dar una dura pelea para mantener su mayoría.
Ante las intensas críticas a su liderazgo en la crisis del derrame, el presidente tratará de usar su reunión con los directivos de BP y su primer discurso televisado a nivel nacional para intentar reafirmar su posición.
BP espera frenar la caída de sus acciones, afectadas por el castigo retórico de la Casa Blanca y el ambiente político estadounidense por su gestión de la limpieza. La compañía ha perdido más del 40 por ciento de su valor de mercado desde que empezó la crisis a mediados de abril.
Millones de litros de crudo han manchado el golfo de México desde el 20 de abril, cuando explotó una plataforma petrolera matando a 11 personas y dañando el pozo que perforaba en el lecho marino para BP. La marea negra afecta unos 190 kilómetros de línea costera de Estados Unidos y puesto bajo amenaza a la multimillonaria industria pesquera de la zona.
BP colocó una tapa de contención sobre el conducto del pozo dañado este mes, pero el petróleo sigue fluyendo al océano. La firma dijo que a través de este mecanismo capturó 15.200 barriles de crudo el domingo, con lo que sumó un total de 134.500 barriles recolectados.
CUENTA CUSTODIA
Obama presionará al presidente del consejo de adminsitraciónde BP, Carl-Henric Svanberg, en una reunión el miércoles, para que acepte la creación de un fondo administrado independientemente para pagar las reclamaciones de personas y empresas afectadas por el vertido.
El portavoz de la Casa Blanca, Bill Burton, dijo a los periodistas a bordo del Air Force One que el Gobierno confiaba que BP estará de acuerdo con la creación de una cuenta custodia. Burton no le puso un valor monetario, pero dijo que sería de miles de millones de dólares.
Los habitantes de la Costa del Golfo llevan semanas quejándose de que el proceso de pagos de BP es muy lento y que el dinero que recibían era insuficiente para sus necesidades.
Senadores demócratas pidieron a BP que haga un depósito inicial de 20.000 millones de dólares a ese fondo como muestra de buena fe de que no eludirán sus responsabilidades.
Algunos analistas consideran que ese mecanismo podría ayudar a mitigar la crisis, pero otros temen que podría ser equivalente a dar un cheque en blanco al Gobierno de Obama.
Políticos estadounidenses también han estado pidiendo a BP que deje sin efecto la entrega de su dividendo trimestral para asegurar que haya suficiente dinero disponible para pagar indemnizaciones y limpiar el derrame.
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