Este artículo se publicó hace 13 años.
Botella se reivindica como legítima alcaldesa
Sostiene que rebajará la deuda de 6.377 millones a la mitad para 2016
En 2003 llegó al Ayuntamiento de Madrid después de que su marido, José María Aznar, decidiera que Alberto Ruiz-Gallardón tenía que cambiar el despacho de la presidencia de la Comunidad por el municipal. Se la llevó consigo. Hoy, ocho años después, Ana Botella se convertía en alcaldesa.
Buena parte del PP no se quiso perder la ceremonia en el pleno del palacio de Cibeles. Estuvo arropada por su familia, con sus hijos y su yerno Alejandro Agag. Por varios exministros como Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Mayor Oreja o Pilar del Castillo. Y algunos de los nuevos como Ana Pastor, Ana Mato, Luis de Guindos o José Manuel García-Margallo. Botella se comprometió a asumir el cargo "con humildad y la máxima voluntad de diálogo". La nueva regidora defendió su nombramiento como primera edil afirmando que este es "el procedimiento que asegura la normalidad institucional y el respeto a la voluntad de los madrileños expresada en las urnas".
La regidora afirma que Aznar es su "referencia personal y política"
Además recordó que ya había pasado otras veces. "Con esta han sido ya tres las ocasiones en las que en nuestra democracia se ha designado al alcalde ya iniciada una legislatura", apuntó.
No fue lo único a lo que recurrió Botella. Para defender su legitimidad también apeló a los madrileños que "mayoritariamente" votaron la candidatura del PP el pasado 22 de mayo. En esa iba ella, y de número dos. Fue su tercera reivindicación: "Al ocupar el segundo puesto en la lista asumí la posibilidad de sustituir a quien me precedía", explicó. Y lo remató al asegurar que pensaba mantener "intacto" el contrato que había ofrecido su antecesor: "Reafirmo mi compromiso con el cumplimiento del programa de Gobierno. Cambian las personas, pero se mantiene el proyecto político".
Desde la oposición, el portavoz de UPyD, David Ortega, lamentó que se hubiese puesto al frente sin pasar "por las urnas". El socialista Jaime Lissa-vetzky también incidió en esta idea recalcando que Gallardón se iba tras siete meses en el cargo. "Cuando el 22-M los madrileños votaron dos y dos, eran todavía cuatro. Fueran peras o manzanas", le dijo recordándole sus polémicas declaraciones de 2004 sobre la ley de matrimonios homosexuales. También Ángel Pérez, portavoz de IU, criticó que el ahora ministro de Justicia hiciera "un simpa de categoría, un simpa institucional verdaderamente de fondo del que será difícil salir".
"Cambian las personas, pero se mantiene el proyecto", afirma
La dirigente conservadora anunció que todas sus medidas iban a tener "el único límite de la disponibilidad presu-puestaria". Botella reconoció que Gallardón le dejaba una deuda que, al cierre de este ejercicio, se iba a situar en los 6.377 millones de euros. Hizo hincapié en que el Ayuntamiento había realizado una importante contención y que pensaba seguir ese camino para dejarla en menos de la mitad: "Recortaremos en otros 3.112 millones el peso de la deuda municipal hasta 2016".
En su discurso quiso hacer mención especial a Aznar, "su ejemplo" de "vocación de servicio público y respeto por el ejercicio honorable de la política". "Es para mí una referencia personal y política", señaló mientras se le quebraba la voz. También agradeció el trabajo de Gallardón. Este, ya en su nueva faceta, expresó su "tranquilidad" por dejarla al frente.
Botella prometió austeridad porque con la crisis hay que "extremar el respeto por cada euro" gastado y señaló que su prioridad es la creación de empleo. Además dijo que pensaba gobernar pensando "en primer lugar" en los más desfavorecidos.
Reforma burocráticaEntre sus objetivos está el esfuerzo de Madrid por ser sede olímpica en 2020. Explicó que no era necesario ningún gasto porque ya se ha construido el 80% de las infraestructuras. Anunció una reforma urgente para eliminar barreras burocráticas de modo que en Madrid los particulares puedan abrir actividades generadoras de empleo sin más intervención administrativa que su mera comunicación. Para ello se pondrá en coordinación con el Gobierno de Mariano Rajoy.
"Sé que muchas miradas observarán de cerca con interés, con detalle y también con ánimo crítico la tarea que hoy comenzamos", reconoció Botella, consciente de que todos los ojos están puestos en su gestión.
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