Este artículo se publicó hace 15 años.
Una bomba casi imperceptible
La Guardia Civil tomó imágenes de la colocación de la bomba lapa en los bajos del segundo coche que ETA intentó hacer explotar
La segunda bomba que ETA había previsto explosionar frente a la comandancia vieja de Palmanova, en Calviá, estaba perfectamente escondida en los bajos de un patrol averiado de la Guardia Civil, igual al que hicieron explotar matando a los agentes Carlos Saénz de Tejada García y Diego Salva Lezaun.
Así lo muestran las imágenes que RTVE ha obtenido en exclusiva y que fueron tomadas por los artificieros antes de que hicieran estallar la bomba lapa.
El dispositivo estaba colocado bajo el asiento del copiloto, en un lugar de difícil acceso y que impedía que fuese visto mediante un simple un control rutinario. De hecho, fueron los perros los que detectaron que en el vehículo había explosivos, por lo que se procedió a una inspección a fondo de los bajos del coche.
Ante la localización del artefacto, los agentes de explosivos de la Guardia Civil prefirieron detonar la bomba de forma controlada, ya que introducirse debajo del automóvil para desactivarlo hubiera supuesto un gran riesgo.
Esta bomba, de tres kilos, era igual a la que mató a los otros dos Guardias Civiles, y la forma en la que estaba sujeta al vehículo indica que los terroristas tuvieron que tardar más tiempo del normal en colocar el explosivo.
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