Este artículo se publicó hace 16 años.
El BM y el FMI incluyen la subida de los alimentos en la agenda mundial
El Banco Mundial y el FMI incluyeron en la agenda de los líderes del mundo la escalada de los precios de los alimentos durante su asamblea conjunta, que terminó hoy y estuvo también dominada por la crisis financiera y su impacto en la economía.
El encuentro semestral de los ministros de Economía de 185 naciones concluyó hoy con la misma llamada urgente de atención sobre la subida del valor de productos básicos como el trigo o el maíz.
En la rueda de prensa de cierre de las reuniones, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, alertó que la escalada de los precios -un 48 por ciento desde finales de 2006, según el Fondo Monetario Internacional (FMI)- "podría agravar la pobreza de 100 millones de personas".
A su lado, el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, aseguró que "lo que está en juego es la estabilidad política de muchos países".
Es algo que ha quedado patente en Haití, donde cayó el sábado el Gobierno del primer ministro, Jacques Edouard Alexis, censurado por el Senado tras unos disturbios por la carestía de los alimentos que han causado por lo menos cinco muertes.
El Banco Mundial anunció hoy que destinará 10 millones de dólares a programas alimenticios en la nación caribeña.
Aparte de la crisis inmediata en Haití, las reuniones en Washington sirvieron para resaltar el impacto mundial del alza de precios y su potencial para destruir los avances conseguidos en el combate contra la pobreza en los últimos años.
Zoellick abrió el encuentro con un pedido a los países participantes a que aporten 500 millones de dólares que necesita el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas para responder a la emergencia.
El jefe del Banco Mundial informó hoy que esa agencia ya ha recibido el compromiso por parte de los donantes de contribuir con la mitad de esa cantidad.
A medio plazo, la solución pasa por estimular la producción alimenticia, según el FMI y el Banco Mundial, que atribuyen gran parte del aumento de los precios al "boom" de los biocombustibles, los cuales han reducido los cultivos destinados al consumo humano.
Strauss-Kahn reveló que hoy en el Comité de Desarrollo, un órgano conjunto del FMI y el Banco Mundial, algunos ministros llegaron a decir que usar los alimentos como combustible "era un crimen contra la humanidad".
Los ánimos caldeados no hicieron que los países que dan más subsidios a los biocarburantes anunciaran medidas para paliar esos efectos.
El comunicado final del Comité expresó su preocupación por el alza de los alimentos, pero no hizo referencia al tema de los biocombustibles.
"Es irónico el hecho de que en la reunión estaban los países que más fomentan los biocarburantes", dijo Elizabeth Stuart, de la organización humanitaria Oxfam.
"Las metas de biocombustibles de Estados Unidos y la Unión Europea han llevado a este tipo de crisis", denunció.
Zoellick, quien fue el "número dos" del departamento de Estado de Estados Unidos, se permitió una crítica a su país de origen al destacar "la falta de coherencia de tener programas de subsidios, al tiempo que se mantienen aranceles".
Estados Unidos impone una tasa arancelaria a la importación de etanol de Brasil, que se obtiene mediante un proceso más eficiente que el que se elabora a partir del maíz en Iowa o Indiana, según Zoellick.
El otro tema principal de la asamblea fue la crisis financiera. El FMI augura que las cosas pueden ir a peor y esa visión pesimista le hizo reducir drásticamente las previsiones de crecimiento de la gran mayoría de los países desarrollados, que no ocultaron su malestar.
El organismo sugirió a la Reserva Federal estadounidense y al Banco Central Europeo (BCE) que bajen las tasas de interés, y también indicó que algunos países podrían expandir el gasto para estimular la economía.
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