Este artículo se publicó hace 16 años.
La Bienal de Sevilla invita a descubrir el futuro inmediato
La tercera edición de la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla (BIACS3) mezcla arte, arquitectura, tecnología y medio ambiente para, a través de obras interactivas de las que el visitante formará parte, invitar a conocer "el nuevo universo del que formaremos parte", según sus promotores.
Con el doble de artistas invitados que en las dos ediciones anteriores, un total de 170 firmas --23 de ellas de colectivos, generalmente arquitectos, y 23 de ellas de aristas españoles--, con muchas más obras, un total de 184, 26 de ellas producidas expresamente para la BIACS, la Bienal se ha extendido por primera vez a Granada.
Además de la sede sevillana de la Cartuja, en el granadino Palacio de Carlos V, en la Alhambra, 24 artistas expondrán 30 obras, mientras que en Córdoba, donde no ha sido posible este año por falta de patrocinio privado, la BIACS espera estar presente en su próxima edición.
La BIACS también ha instalado obras o las instalará en breve, además de en la práctica totalidad de la Cartuja de Sevilla, en exteriores e interiores, en lugares de la ciudad de Sevilla como el aeropuerto, la estación ferroviaria, en la Torre de los Perdigones, en el Pabellón de Europa y, una instalación nocturna, en los Alcázares.
En la exposición de la Cartuja hay montajes con una cámara de vídeo sobre un bombo que, cundo la cámara enfoca la cara del visitante o espectador, acciona un mecanismo que tira de la maza del bombo y hace sonar el instrumento, mientras que una cámara fotográfica digital cuando enfoca al visitante lo retrata y manda la imagen a una pantalla de vídeo.
Otra obra consiste en docenas de varillas metálicas suspendidas del techo, a manera de cortina, y cuando el visitante las mueve, además de sonar, cuando chocan, emiten chispas como las de las bengalas, mientras que una máquina de escribir antigua accionada por el visitante escribe caracteres sobre una pantalla con forma de papel que se transforman sobre ese peculiar "papel" en mecanismos que imitan el vuelo de los pájaros.
Con un presupuesto de 2,5 millones de euros, de los que la Junta aporta medio millón, la BIACS3 aspira, según uno de sus comisarios, Peter Wiebel, a "abrir las puertas de una nueva época del arte" desde el convencimiento de que la tecnología, sin ser algo natural, sí que sigue las leyes de la evolución.
La comisaria Marie-Ange Brayer aseguró que se trata de una exposición "completamente innovadora en todas sus dimensiones", que algunas obras son "prototipos experimentales como muestras de investigación básica", como la "arquitectura performativa", de la que puso como ejemplo el proyecto de un edificio que imita un ecosistema, con colchones inflables en la fachada que al hincharse limitan el paso de la luz.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.