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El 'Bicing' puede morir de éxito

La concesión del servicio de bicicletas de Barcelona sale al paso de las quejas

PATRICIA HORNILLO

La multinacional Clear Channel gestiona desde marzo de 2007 el Bicing, el servicio municipal de alquiler de bicicletas del Ayuntamiento de Barcelona. La iniciativa ha tenido tal acogida entre los ciudadanos que la concejalía de Movilidad se ha visto obligada a acelerar su proceso de implantación, que ha concluido en 15 meses, pese a que se había planificado para tres años.

Las previsiones iniciales más optimistas cifraban en 75.000 el número de usuarios del servicio, pero actualmente ese número se ha duplicado. También las quejas se acumulan y hay quien ya piensa que puede morir de éxito.

El servicio de Bicing se puso en marcha con un precio promocional de tan solo seis euros al año, lo que motivó que muchos ciudadanos se hicieran con una tarjeta de abonado.
Pero el precio, que este año ha subido a 24 euros, no es el único motivo por el que el Bicing se ha convertido en el referente de muchas ciudades, como Washington, Milán o Zaragoza, que desean implantarlo. Un clima propicio, la distribución por toda la ciudad de paradas del servicio y los 128 kilómetros de carril bici, que nunca superan una inclinación del 4%, han favorecido que 155.000 usuarios opten por este medio de transporte para llegar a su lugar de trabajo o de estudios, dejando el coche en casa.

Pese al éxito, los usuarios se quejan de la falta de disponibilidad de bicicletas en algunas paradas, sobre todo en la zona alta, y de los problemas de anclaje que impiden devolver la bicicleta y obligan al usuario a buscar otras estaciones.

Juan Pablo Sorkin, usuario de Bicing, cree que se deberían resolver con más rapidez las incidencias pero afirma que “pagaría 50 euros al año si me aseguraran que el servicio funciona bien y aun así seguiría siendo barato”.

Sin embargo, el director general de Clear Channel, Aristóbulo de Juan, considera injustificadas las críticas y cree que se debe “educar” a los usuarios para que entiendan que el servicio es complementario al resto de transporte público. De Juan niega que la empresa esté desbordada pero opina que se deberían “rebajar” las expectativas del servicio y esperar a 2009, cuando “el servicio ganará calidad”.

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