Este artículo se publicó hace 15 años.
Berlusconi "no sabía" que sus invitadas cobraban
El premier no ha podido evitar que estalle un nuevo escándalo sexual que erosiona su imagen
La mujer que sostiene haber cobrado por ir a dos fiestas de Silvio Berlusconi y por haberse quedado una noche con él, Patrizia dAddario, blande ahora un vídeo con imágenes tomadas supuestamente en el dormitorio del primer ministro italiano. En él, dice, se puede apreciar una foto de la todavía mujer del premier italiano, Veronica Lario. La Fiscalía de Bari, que estudia el caso, indaga la veracidad de esta cinta y de cuatro grabaciones en las que se escucharía la voz de Berlusconi, quien niega haber pagado a sus invitadas.
Aún así, otras tres mujeres pasaron ayer por la fiscalía para corroborar que también ellas cobraron por ir a las fiestas de Il Cavaliere en su residencia en Roma, Palacio Grazioli, y que estaba previsto que fueran también a su mansión en Cerdeña, Villa Certosa.
Es inútil que Berlusconi sostenga ahora no recordar para nada a DAddario. El premier no ha podido evitar que estalle un nuevo escándalo sexual que erosiona su imagen, tras la difusión de las fotos de sus fiestas en Cerdeña y el descubrimiento de sus repetidas llamadas a una menor de edad, Noemí Letizia.
Él se limita a decir que todo es "basura", mientras que sus fieles le comparan con Catilina, el noble de la antigua República romana cubierto de invectivas por parte del filósofo y escritor latino Cicerón. Hoy los nuevos cicerones serían "los jueces y la prensa de izquierdas", aseguran.
¿Quién pagó a las veline?El abogado de Berlusconi,Niccolò Ghedini, repite que el primer ministro no habría incurrido en delito ni siquiera si se hubiera acostado con DAddario, pues el delito de inducción a la prostitución no afecta tanto al "usuario final" como a quién recluta a mujeres para la prostitución.
Aunque no está claro todavía quién pagó la factura, los primeros indicios de la Fiscalía apuntan a que quien reclutó a las mujeres fue Giam-paolo Tarantini, empresario de Bari que tiene una mansión en Cerdeña cerca de la de Berlusconi.
La Repubblica concluye que DAddario cobraba desde hacía tiempo por ir de acompañante a fiestas de lujo. Ella misma cuenta que grabó a Berlusconi por haber tenido "problemas serios con un hombre".
El abogado Ghedini intenta escurrir las implicaciones morales de las compañías del primer ministro insistiendo que "no tenía por qué saber" que las invitadas a sus fiestas habían sido pagadas. Qué necesidad tenía de pagar a prostitutas siendo él un hombre vital, "rico de simpatía y de dinero?", se defiende.
Berlusconi no actuará por ahora contra la prensa, aunque las revelaciones le impidan poder hablar, como hasta ahora, de que "todo es un complot de la izquierda".
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