Este artículo se publicó hace 16 años.
Ben Bernanke constata el empeoramiento de la economía de EE.UU.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo hoy que la crisis financiera ha agravado la situación ya delicada de la economía de EE.UU. y pidió la aprobación del paquete de rescate propuesto por Washington ante las dudas que ha despertado en muchos legisladores.
El análisis que Bernanke hizo de la economía ante el Congreso fue una retahíla de indicadores aciagos, con los que dio urgencia a su llamamiento para que la Legislatura otorgue al Gobierno 700.000 millones de dólares para intervenir en los mercados.
Fue la segunda comparecencia consecutiva de Bernanke ante el Congreso, pero los miembros del Comité Económico Conjunto de ambas cámaras lo recibieron hoy con la misma mezcla de duda e incomodidad que demostraron ayer los senadores del Comité de la Banca.
"Los contribuyentes están muy enfadados por esto", dijo, por ejemplo, el senador Sam Brownback, el republicano de mayor rango del Comité.
"La idea de que votaremos sobre 700.000 millones de dólares hoy o mañana es irresponsable", afirmó, en tanto, el congresista demócrata Lloyd Doggett.
Bernanke les respondió con el argumento de que si no se hace nada, las cosas se pondrán mucho más feas.
"La intensificación de las tensiones financieras en las últimas semanas, que harán a los prestamistas aún más cautos a la hora de extender créditos a las familias y las empresas, podría suponer un freno significativo adicional al crecimiento", alertó Bernanke.
El titular del banco central afirmó que la reciente turbulencia "extraordinaria" en los mercados representa "una amenaza directa al crecimiento económico".
Se trata de un crecimiento que ya es agónico. Bernanke afirmó que en los últimos meses se han debilitado el consumo, la inversión y las exportaciones, que han sido las únicas defensas que han mantenido a flote la economía durante las aguas bravas.
Además, la crisis financiera ha restringido el crédito, que Bernanke definió como "el sistema de tuberías de la economía" por su papel central en su funcionamiento.
"Cuando los prestamistas, preocupados, reducen el crédito, se ralentizan el gasto, la producción y la creación de empleo", detalló.
El único atisbo de luz son las indicaciones de cierta estabilización en el nivel de ventas de viviendas, el origen de todos los dolores de cabeza de Estados Unidos.
No obstante, Bernanke indicó que esas señales son "bastante provisionales" y que si el sistema financiero "se congela" y desaparece el crédito, se profundizará la crisis inmobiliaria.
Todo esto apunta a debilidad económica en Estados Unidos en la segunda mitad de este año, según Bernanke, y una recuperación gradual en 2009, "a medida que los mercados financieros vuelvan a la normalidad y la contracción inmobiliaria sigue su curso".
No obstante, las previsiones están inmersas, alertó, en una niebla densa de incertidumbre.
Bernanke complementó las advertencias sobre la debilidad económica con un énfasis en la inflación, por lo que no dejó claro la posible dirección de la política monetaria del Banco Central.
El jefe de la Reserva reconoció que las noticias recientes sobre los aumentos de precios "han sido más favorables", gracias a la caída del petróleo y otras materias primas.
No obstante, colocó el riesgo de un repunte de la inflación como una preocupación a la par con la debilidad económica. Aún así, la mayoría de los analistas apuesta por una bajada de tasas antes de finales de año.
Mucho dependerá de lo que ocurra en los mercados financieros y Bernanke dijo que la "condición previa esencial" para la recuperación económica es su estabilización, por lo que pidió al Congreso que actúe "urgentemente" para apuntalarla con la aprobación del rescate financiero.
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