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'Bel Ami', una historia "increíblemente subversiva"

Declan Donnellan y Nick Ormerod debutan en el cine convirtiendo a Robert Pattinson en el seductor sin escrúpulos dibujado por Guy de Maupassant en 1885

MARÍA JOSÉ ARIAS

 

Triunfar sin ningún talento aparente y con el mínimo esfuerzo posible parece algo propio de nuestros días, en los que rara es la cadena que no tiene su propio reality show. Basta con encerrarse en una casa, sentarse en una silla a buscar pareja o cualquier variedad de las dos anteriores para convertirse en toda una celebridad. Sin embargo, triunfar sin talento no es algo exclusivo de la modernidad. Es algo que viene ocurriendo desde siempre y que Guy de Maupassant supo reflejar a la perfección en 1885 en su novela Bel Ami. Una historia que regresó este viernes a los cines –ya había sido adaptada al cine antes– con Robert Pattinson en el papel de un seductor que triunfa en la vida gracias a su belleza y su falta de escrúpulos.

'Es una historia increíblemente subversiva. Es el Maupassant más salvaje e irónico', reconocen los directores de Bel Ami, Declan Donnellan y Nick Ormerod. Dos hombres hechos en el teatro que después de tres décadas dedicadas a las tablas se han atrevido a dar el salto al cine. 'Estábamos muy emocionados con el proceso de filmación, empezar y ver qué pasaba. Todo es nuevo y diferente. Tienes que estar preparado para capturar el momento', aseguran satisfechos con la experiencia. Aunque también explican desde París que, en realidad, 'los dos medios son más parecidos de lo que la gente piensa. Ambos intentan capturar la vida'.

'Es el Maupassant más salvaje e irónico', dicen los directores Para su estreno cinematográfico Donnellan y Ormerod han contado con un material poco usual. No es habitual en el cine que el protagonista sea un antihéroe, un personaje con el que resulta complicado empatizar. George Duroy es un joven de origen humilde que un día a su regreso de la guerra en Argelia descubre su poder sobre las mujeres. Puede manejarlas a su antojo gracias a su belleza. Solo tiene que seducirlas y dejar la ética a un lado para conseguir lo que se proponga. Así logra un puesto de columnista, primero, y redactor jefe, después. Ni siquiera escribe los artículos que firma. Las mujeres lo adoran, se rinden a sus pies. Por el contrario, los hombres lo aborrecen y ridiculizan.

'El personaje de Georges Duroy es alguien que triunfa sin ningún talento aparente aparte de su físico. Su principal talento es llegar a lo más alto. En algunos aspectos no tiene escrúpulos, sí, pero Georges tiene algo a su favor: su profundo deseo de vivir'. Así describen Donnellan y Ormerod a ese Bel Ami con el que todas sueñan y al que también utilizan. Porque, como bien señalan los directores, las mujeres del siglo XIX en París tenían mucho que decir. Pese a su apariencia de ‘señoras de', muchas de ellas eran auténticas estrategas de la política, los negocios y la misma vida.

En Bel Ami tres son las mujeres protagonistas. Todas ellas orbitando alrededor de Duroy y cada una con un papel distinto en su historia. Clotilde de Marelle (Christina Ricci) es su amiga, su amante y la primera que le hace un hueco entre sus sábanas. Sin embargo, tiene poco que ofrecer socialmente. Es la más joven de las tres y no va a arriesgar su matrimonio. Lo más que hace es alquilar un piso para sus encuentros. Es la relación más pura de Duroy, por llamarla de alguna manera. Después, en tiempo y edad, está Madeleine Forestier (Uma Thurman). Ella será quien realmente le abra las puertas de la alta sociedad parisina a la que tanto ansía pertenecer. Es la más independiente de sus amantes.

Ricci, Turman y Scott Thomas interpretan a las amantes de Duroy

Por último, Virginie Rousset (Kristin Scott Thomas), la más influyente. Solo tiene que susurrarle algo a su marido –poderoso propietario del periódico en el que entra a trabajar Duroy– para que este lo haga. Pueden parecer personajes frágiles, pero no lo son tanto. La realidad es otra. 'Las mujeres de esta historia tienen un carácter independiente y muy fuerte. Usan a Georges y a sus maridos más de lo que ellos las utilizan a ellas', resumen los directores.

Bel Ami fue publicada por Maupassant a finales del siglo XIX y la recién estrenada versión cinematográfica mantiene la ambientación en cuanto a época y lugar. Pese a todo, no deja de sorprender lo actuales que son los temas que se tratan en ella. 'Es sobre la manipulación de los medios, un gobierno invadiendo ilegalmente un país árabe por sus recursos naturales y mintiendo a la gente, cómo los medios hacen o deshacen en secreto, sexo, fama y también cómo alguien puede llegar a lo más alto con muy poco talento. Sí, hay algunos paralelismos con la realidad...', concluyen Donnellan y Ormerod.

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