Este artículo se publicó hace 12 años.
Bekele: Gebreselassie ya se lo avisó
El corredor etíope consiguió el oro en los 5.000 y los 10.000 de Pekín. Está lejos de su mejor forma pero no pierde la ilusión
Kenenisa Bekele (1982) siempre será un hombre optimista. La vida le ha golpeado fuerte, sobre todo en 2005 cuando falleció su prometida, Alen Techaze, mientras entrenaba en Etiopía. Su boda se iba a deliberar en unos días. Pero Bekele siempre sabe salir adelante. Puede que su inconfundible carácter en la pista se traslada a la vida y ni siquiera en estos dos últimos años, en los que las lesiones no han tenido piedad con él, se ha sentido un mártir.
"Creí que no volvería a competir" dijo. Ha sufrido un auténtico calvario que el mundo vivió a su lado en el Mundial de Daegu 2011, en el que lo pasó realmente mal. Fue un golpe duro, pero no irreversible: "Mi familia me convenció de que, si me cuidaba, todo llegaría".
Ha sido verdad. Al final, Bekele llegará a tiempo a los Juegos de Londres. Al menos, al 10.000, que siempre fue su primer amor, porque en el 5.000 no se clasificó en las pruebas de selección de la inagotable Etiopía.
Entre los que le vencieron estaba su hermano Tariku, lo que vislumbra el cambio de generación. Aunque Bekele entiende que todavía es prematuro. Ha cumplido 30 años y las lesiones lo han hecho vulnerable, sí. "A medida que te haces mayor", reconoció, "todo es más difícil". Pero el desafío de Londres le rejuvenece.
Habrá más misterio y no está claro que pueda derrotar al británico Mo Farah, o a Ibrahim Jeilan, el hombre que ganó en Daegu. Pero Bekele tiene la mejor marca del año en Brusselas (26.43) y, a su edad, tampoco existe el miedo a la derrota. "He aprendido a ser más fuerte", insiste este pequeño fondista etíope, de 1,60 centímetros, el gran sucesor de Gebreselassie y con el que la publicidad casi nunca fue justa.
Una victoria poco reconocidaQuizá fuese Bekele el triunfador más infravalorado de los Juegos de Pekín. Allí logró dos medallas de oro en 10.000 y 5.000, lo que no había hecho nadie desde Lasse Viren en 1976, pero además estableció dos récords olímpicos en cinco días. Fue la prueba suprema de autoridad por parte de un triunfador discreto, criado en los bosques de Etiopía, a 2.500 metros de altitud.
A los 19 años, apareció sin permiso en el Mundial de cross de Dublín y durante ocho años venció casi sin esfuerzo. Ganó cuatro mundiales consecutivos y en los Juegos de Atenas 2004 solo El Guerrouj le privó del oro en 5.000. El resto fue un paseo para Bekele, que entonces ya imaginaba que no siempre podía ser así.
Fue algo que le avisó Gebreselassie, su ídolo. "Aprovecha mientras puedas", le dijo y, claro está, no se equivocó.
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