Este artículo se publicó hace 16 años.
Con la batuta de Pablo Mielgo, músicos de España y Venezuela finalizan encuentro
El I Festival Encuentro de Artes España- Venezuela finalizó con el último de siete conciertos ofrecidos en Caracas por jóvenes músicos españoles y venezolanos, en esta ocasión bajo la batuta del director español Pablo Mielgo.
En las dos últimas semanas, unos cuarenta jóvenes españoles músicos y un centenar venezolanos procedentes de la Joven Orquesta Nacional de España, de la también española Orquesta Presjoven y de la Orquesta de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, participaron en el primer encuentro entre intérpretes de los dos países.
En el concierto de clausura, celebrado el domingo en el teatro Teresa Carreño de la capital venezolana, Mielgo dirigió la interpretación de la Suite Número 1 de "Carmen", de George Bizet; "El Sombrero de Tres Picos", de Manuel de Falla, y el Concierto para viola y orquesta, de Bela Bartok.
El recital también contó con la actuación del violinista David Quiggle, y finalizó con la interpretación de un pasodoble a cargo de los jóvenes músicos de los dos países y el aplauso cerrado de las aproximadamente trescientas personas que acudieron al concierto.
Mielgo expresó a los asistentes, entre los que se encontraba el veterano maestro venezolano José Antonio Abreu, su deseo de que el encuentro celebrado desde finales de marzo sea "el inicio de una unión iberoamericana de la música".
En una entrevista concedida a Efe el viernes, el joven director español calificó de exitoso el encuentro celebrado en Venezuela y lo enmarcó en una estrategia más amplia en busca de implantar en España y en toda Iberoamérica un sistema de orquestas similar al que existe en el país suramericano.
El director español apeló a la "idea educativa y social" intrínseca en el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, más allá de la faceta "artística", como elementos que se pueden importar a otros países.
El Sistema de Orquestas venezolano agrupa a 250 de ellas integradas por unos 250.000 niños y jóvenes, en muchos casos en riesgo de la total marginalidad y exclusión social, y fue ideado hace 33 años por Abreu.
El veterano maestro venezolano ha definido en múltiples ocasiones el sistema de orquestas implantado en todo su país como un "proyecto social", en el que los beneficios de la educación musical no solo repercuten en los niños y jóvenes, sino también en sus familias.
"Le regalas a un niño un instrumento y le haces ver que es parte de algo que suena y eso provoca una repercusión en su entorno familiar y comunitario, y el niño gana una autoestima impresionante", dijo Mielgo.
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