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Los bancos mantienen el pulso al Gobierno británico

El consejo de RBS amenaza con dimitir si vetan sus ‘bonus’.

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Los accionistas de dos de los bancos más importantes del Reino Unido tienen problemas para que los directivos de esas entidades les hagan caso. Los primeros son los contribuyentes, representados por el Gobierno, y los segundos son los jefes de RBS y Lloyds, que sólo continúan existiendo gracias a la inyección multimillonaria de fondos públicos.

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Los directivos de Lloyds se preparan para endulzar la Navidad de 200 de sus directivos con bonus por valor del 80% de su salario anual. Los de RBS (70% de sus acciones en poder del Estado) han reservado 1.650 millones de euros para las 20.000 personas que trabajan en su departamento de banca de inversiones.

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Los bancos han ignorado olímpicamente las insistentes peticiones de las autoridades financieras para que moderen estas recompensas. De hecho, el consejo del RBS ha amenazado con dimitir si el Gobierno les obliga a moderar el bonus en atención a la crisis económica de un país en el que el salario medio es de 22.000 euros.

Además, dicen que sus mejores talentos huirán a la competencia si no son bien pagados.

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El Gobierno de Gordon Brown habla mucho, pero sigue dudando. Aun conociendo el reto planteado por el RBS, el ministro Peter Mandelson se limitó ayer a pedir “contención para no regresar a la cultura de los bonus”.

Los tories, aliados tradicionales de la City, mantuvieron un perfil discreto en esta última disputa. Tuvo que ser el número dos de los liberales demócratas, Vince Cable, el que dijo lo que piensan la mayoría de los británicos: “El Gobierno tiene que ser firme y decir: si quieren irse, váyanse, y pondremos un equipo directivo que dirija el banco en función del interés nacional mientras siga en manos públicas”.

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El escándalo aumentó ayer al conocerse las cifras de toda la aportación del Estado para sostener a un sistema financiero que estuvo a punto de venirse abajo hace un año. En total, 935.000 millones de euros, cifra que incluye préstamos, garantías y el programa de compra de activos financieros por el Banco de Inglaterra.

El informe oficial que hace balance del rescate del sistema también cuenta con conclusiones muy dañinas para el prestigio del Gobierno. Menos de una semana antes de que tuviera que aportar 40.000 millones para salvar al RBS, el Tesoro aseguraba en sus comunicaciones privadas que la posición del Royal Bank of Scotland era “razonablemente fuerte”.

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Para añadir más sal a la herida, el informe prevé que ni RBS ni Lloyds podrán alcanzar los niveles comprometidos de créditos a las pymes, que fue uno de los argumentos utilizados para justificar el uso de fondos públicos.

El fracaso no afectará en principio a los bonus. El Consejo de Administración de Lloyds se embolsará 2,6 millones de euros. Su consejero delegado, Eric Daniels, 915.000 euros. El Gobierno tiene poderes suficientes para vetar estas remuneraciones especiales. De momento, nadie sabe si se atreverá a hacerlo.

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