Este artículo se publicó hace 14 años.
Los bancos acusan a las cajas de poner excusas para no fusionarse
Moodys ve peligrar el rating de las entidades españolas por el retraso del ajuste
Llevan más de año y medio dándole vueltas a las necesarias e inminentes fusiones de las cajas, pero todavía no se ha producido ninguna. El presidente de la patronal de bancos, Miguel Martín, dijo ayer basta ya. Reclamó a sus competidoras que dejen de poner "excusas" y que acometan ya la reestructuración, a su juicio absolutamente necesaria para que la economía española salga de la crisis. "Sin crédito no habrá recuperación económica", dijo Martín, quien calificó de "inaceptable" que las cajas argumenten que no se han hecho las fusiones todavía porque el fondo de rescate no estaba aprobado y porque las autoridades autonómicas están obstaculizando el proceso.
A juicio del representante de los bancos, "es absolutamente imprescindible" que las cajas revisen su modelo y lleven a cabo su reconversión, en la que sólo debería haber ayudas públicas para las entidades con problemas que se fusionen con otras que garanticen su viabilidad. En todo caso, Martín considera necesario para las cajas que el Gobierno modifique su regulación para que puedan captar recursos en el mercado y eleven sus niveles de capital, ahora que las nuevas exigencias van a poner en "serias dificultades" a las más débiles.
La agencia de calificación de riesgos Moodys alertó también de los problemas que el retraso en la reestructuración de cajas puede suponer para el sistema financiero español y no descartó que haya que rebajar los ratings de las entidades más débiles. Aseguró que "los retrasos en la consolidación del sector bancario español, junto con la reducida cantidad de fondos públicos que han afluido al sector, ponen en peligro las previsiones iniciales de una mejora sustancial de la fortaleza financiera de los bancos del país".
Moodys contaba con un proceso de reestructuración más rápido y daba por hecho que gracias a él y a las inyecciones públicas de capital, los ratings se podrían mantener estables. Ahora, duda de ello y reconoce su cautela respecto a las perspectivas de un fortalecimiento efectivo del sistema antes de junio, como pretende el Banco de España.
Mientras, la también agencia de calificación de riesgos Standard & Poors anunció ayer que va a cambiar su modelo de evaluar a las entidades financieras internacionales, lo que podría derivar en cambios de calificación en algunas entidades.
Frente a los toques de atención de la banca y de la agencia Moodys, el director general de la patronal de cajas, José Antonio Olavarrieta, coincidió en que este proceso debe acabar "cuanto antes", aunque se esforzó en dejar claro que la lentitud de la reestructuración no está perjudicando a la economía española porque las cajas siguen dando créditos. "Somos nosotros los que tenemos que actuar y no seguir dando vueltas", dijo Olavarrieta, quien acusó a los gobiernos regionales de tener parte de culpa en el retraso de las fusiones.
Por ahora, hay ocho fusiones muy avanzadas, según la directora general del Tesoro, Soledad Núñez, quien se comprometió a modificar la legislación para que las cajas puedan captar capital.
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