Este artículo se publicó hace 12 años.
Ban condena el mortal ataque contra los "cascos azules" en Costa de Marfil
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó hoy el ataque perpetrado contra un grupo de "cascos azules" de la Misión de Naciones Unidas en Costa de Marfil (Onuci), en el que murieron siete soldados nigerinos, y alertó de que todavía hay militares del organismo "en peligro".
"Me siento entristecido e indignado", dijo Ban en una declaración a la prensa en la sede central de la ONU, donde condenó "en los términos más enérgicos posibles" el incidente acontecido en el sudoeste de Costa de Marfil y explicó que, horas después del ataque, más de cuarenta "cascos azules" siguen en la zona.
El máximo responsable de las Naciones Unidas explicó que esos militares de la Onuci "siguen con los habitantes" de la región en la que se produjo la emboscada contra sus compañeros "para protegerlos del grupo armado" que llevó a cabo el ataque.
Ban señaló que en estos momentos el organismo internacional no cuenta con más detalles sobre lo ocurrido y que se encuentra a la espera de conocer la evolución de la situación en la que calificó como "remota región" de Costa de Marfil.
"Pido al Gobierno de Costa de Marfil que haga todo lo posible para identificar a los autores y les haga rendir cuentas por este mortífero ataque", añadió Ban, al tiempo que envió sus "condolencias más sinceras" a las familias de las víctimas y a las autoridades de Níger, país del que eran los militares fallecidos.
El presidente de la Asamblea General de la ONU, el catarí Nasir Abdulaziz al Naser, también emitió un comunicado de condena ante "el brutal ataque" del que fueron víctimas los "cascos azules" y pidió que "los responsables de este acto criminal sean llevados ante la justicia y se enfrenten a todo el peso de la ley".
"La seguridad y protección de los 'cascos azules' de la ONU y de otro personal del organismo en Costa de Marfil debe respetarse y garantizarse de acuerdo con el derecho internacional y bajo todas las circunstancias", añadió Al Naser, que mostró "el total respaldo" de los países miembros de Naciones Unidas a la labor de la Onuci.
Los siete "cascos azules" murieron en una emboscada tendida por elementos armados no identificados en las inmediaciones de la localidad de Tai, en una zona fronteriza con Liberia, en la que también perecieron cuatro soldados de las Fuerzas Republicanas (FRCI).
Los militares de la ONU y los soldados realizaban patrullas en la zona cuando se produjo la emboscada, según señaló en un comunicado distribuido en Naciones Unidas el representante especial de Ban Ki-moon para Costa de Marfil, Bert Koenders, quien también condenó "enérgicamente" el ataque.
Koenders detalló que la Onuci había reforzado recientemente sus patrullas en esa zona del país "debido a amenazas de ataques contra la población civil".
El atentado fue cometido días después de la publicación de un informe de la organización Human Rights Watch (HRW) en el que se atribuye los ataques en el oeste de Costa de Marfil a mercenarios defensores del expresidente Laurent Gbagbo que actúan desde el territorio de Liberia.
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