Este artículo se publicó hace 14 años.
Ayudas autonómicas a quienes cierran su negocio
Una vieja reclamación de los autónomos es lograr que se equiparen, o al menos se aproximen, los subsidios que perciben los asalariados cuando están en el desempleo con algún tipo de ayuda para los trabajadores por cuenta propia que tienen que cesar involuntariamente su actividad. El denominado "paro de los autónomos" ha llegado demasiado tarde para poder paliar la situación de los emprendedores afectados por la crisis, ya que hasta 2011 no será posible empezar a percibirlo debido a que los beneficiarios deben haber cotizado por esta prestación al menos 12 meses.
Por eso, las comunidades autónomas han comenzado a lanzar diversos programas de ayudas para los autónomos, que se deben considerar en realidad subvenciones. La comunidad pionera en este tipo de ayudas fue Castilla-La Mancha, que a finales de 2008 lanzó un programa de ayudas para los autónomos que habían tenido que cerrar su negocio.
Castilla-La Mancha fue la pionera y el modelo a seguir para Catalunya
Los trabajadores por cuenta propia de esta comunidad pueden cobrar hasta 2.000 euros en cuatro pagas de 500 euros siempre y cuando sigan cursos de formación para reciclarse.
La medida no tuvo una buena acogida en un primer momento, y en los cuatro primeros meses de vigencia sólo 150 autónomos la solicitaron. Para Rosario Moreno, de la Federación de Autónomos, ATA, la desinformación acerca de cómo acceder a la medida, así como los elevados requisitos (haber estado cotizando cinco años como trabajador por cuenta ajena entre otros), son la clave de este escaso éxito que poco a poco comienza a calar en los emprendedores castellanomanchegos.
Lo cierto es que los autónomos son muy tímidos a la hora de acercarse a estas medidas.
Los autónomos recurren a estas ayudas como último recurso
Catalunya, la segunda comunidad que se ha lanzado a ofrecer este tipo de ayudas, prevé que sólo 5.000 emprendedores pedirán la subvención de 425 euros que concederá la Generalitat durante seis meses a los autónomos que hayan cesado su actividad y sigan cursos de formación.
En este caso, son suficientes tres años de cotización en el Régimen de los Trabajadores Autónomos RETA pero en el caso de Castilla La-Mancha (cuyo modelo sirvió de inspiración para el programa catalán) se exigen unos ingresos máximos en la unidad familiar (474,95 euros por persona) para poder tener acceso a la subvención pública.
El secretario general de la Unión de Profesionales Autónomos (UPTA), Sebastián Reyna, reconoce que el autónomo agota todas las vías antes de dar el paso de pedir una prestación. "Intenta reflotar el negocio o busca nuevas fórmulas", explica Reyna.
Por ejemplo, en el caso de la construcción, un autónomo siempre ganará más por una sola obra que con la subvención, y tampoco un comerciante cerrará su negocio por 425 euros al mes. "Con todo, estas ayudas son imprescindibles, porque hay muchos casos dramáticos y porque además la formación a la que se ligan es muy necesaria".
Próximas comunidades
Por el momento, otras dos comunidades están en vías de sacar adelante propuestas similares, como Extremadura y Castilla y León.En Extremadura, la iniciativa partió del partido de la oposición, el PP, que planteó una "renta de resistencia" con una paga mensual de 650 euros al mes. Finalmente,la ayuda no será así y aún se están perfilando sus características. En Castilla y León el tipo de subsidio aún está en estudio.
En cualquier caso, los expertos recuerdan que si en España se regularan las rentas mínimas de inserción tal y como existen en otros países, no sería necesario construir estas nuevas fórmulas, ya que cualquier ciudadano se podría acoger a los subsidios.
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