Avistan frente a las costas de Cabo Verde el barco desaparecido
Cinco barcos militares de la Armada rusa rastrean el Atlántico en busca del carguero
Publicidad
El Arctic Sea, el carguero de 4.000 toneladas desaparecido en el Canal de la Mancha que la Armada rusa rastrea con submarinos nucleares, fue visto ayer por la mañana frente a las costas del archipiélago de Cabo Verde, en la costa oeste de África.
Publicidad
El embajador ruso en el país africano, Alexander Karpushin, anunció que una fragata rusa se dirige hacia la zona. Cinco barcos militares de la Armada rusa, submarinos nucleares y satélites buscan desde el miércoles pasado el carguero en aguas del Atlántico, siguiendo órdenes del presidente ruso, Dmitri Medvédev.
El barco, de bandera maltesa y tripulación rusa, partió del puerto finlandés de Jakobstad el pasado 23 de julio con un cargamento de madera valorado en 1,3 millones de euros rumbo a Bejaia (Argelia), donde tenía previsto llegar el 4 de agosto.
La última información que se tiene del carguero es del 31 de julio, cuando atravesó el estrecho de Dover y contactó normalmente con el guardacostas.
Publicidad
Las especulaciones sobre el destino del Arctic Sea han sido variadas: un secuestro de los piratas del norte, una operación de la mafia rusa para traficar armas o drogas, o una disputa comercial con el propietario del barco.
La Unión Europea expresó ayer sus dudas sobre un posible acto de piratería en aguas europeas. "Las comunicaciones por radio recibidas apuntan a que el buque habría sido aparentemente atacado dos veces, la primera en aguas de Suecia y la segunda en aguas de Portugal", indicó un portavoz de la Comisión Europea. Pero estos aparentes ataques "no tienen nada que ver" con la piratería o con el asalto a mano armada en alta mar tradicionales.
Publicidad
"No creo que los piratas hayan tomado el barco, pero realmente huele a que hay algún tipo de participación estatal. Esto es auténtico misterio como en una novela de Le Carré", comentó el director del periódico marítimo ruso Sovfracht, Mikhail Boytenko. Y concluye: "creo que el carguero esconde otra carga, no criminal pero sí secreta".