Una de las grandes discusiones en la recién estrenada temporada de Fórmula 1 es si al bólido de Fernando Alonso le servirá de algo su nuevo sistema de recuperación de energía cinética, conocido como KERS. Ajenos a esa polémica, los ingenieros de la empresa gallega Castrosúa han desarrollado el primer autobús español propulsado con un motor híbrido y que, además, tiene el famoso KERS. 'Cuando el conductor deja de acelerar, los motores eléctricos entienden que toda esa energía cinética no es necesaria, por lo que la almacenan en la batería en forma de electricidad', explica Antonio Barreiro, director de I+D+i de la compañía. Y si el objetivo de Alonso al hacer uso del KERS es recuperar potencia extra para intentar adelantar a sus rivales, el del prototipo de Castrosúa no es otro que reducir el consumo de combustible 'hasta un 30%', según Barreiro.

El motor híbrido del Tempus, como ha sido bautizado el vehículo, se compone de dos pequeños motores eléctricos que impulsan el autobús y de un propulsor térmico, muy optimizado, cuya única función consiste en generar corriente y almacenarla en la batería eléctrica. 'Además de la escasa contaminación que produce', completa Barreiro, 'permite circular sin apenas ruido, lo que puede ser muy beneficioso en determinados entornos urbanos, como centros históricos, zonas hospitalarias o campus universitarios. Y está fabricado con materiales 100% reciclables', finaliza.

Pero el Tempus no es el único autobús de Castrosúa. Esta carrocera, que lleva más de 60 años fabricando vehículos, está presente en casi todas las ciudades españolas: mientras usted lee estas líneas, más de 5.000 autobuses con su logotipo en la carrocería circulan por el país. Y eso, a pesar de que en los concursos públicos para escoger el suministrador de vehículos para las flotas de transporte municipales compiten con multinacionales de la talla de Mercedes, Volvo o Scania, por citar sólo algunas.

Su secreto: ofrecer autobuses 'a la carta', como explica su director de I+D+i: 'Nuestra especialidad es dar a cada empresa exactamente lo que necesita, adaptar un autobús a las necesidades del cliente. Más asientos, menos asientos, más espacio para gente de pie o para sillas de ruedas... Cada ciudad es diferente y, dentro de ellas, cada línea tiene unas necesidades determinadas'.

La empresa, con sede en Santiago de Compostela, produjo 450 vehículos en 2007 y, en 2008, el conjunto del grupo, que incluye a las gallegas Cidsa y Carsa y a la canaria Insular Carrocera, facturó 68 millones de euros. 'Aunque nos quieren convencer de lo contrario, el mercado no es global y nuestra ventaja es el conocimiento del mercado español', subraya Barreiro. Y, parece que, de momento, la demanda es de autobuses más ecológicos, como el Tempus. Ya circula en fase de pruebas por las calles de Barcelona y ha sido nombrado Autobús del Año 2009.