Este artículo se publicó hace 17 años.
Aumentan los inmigrantes que trabajan en la economía sumergida
Un informe de CCOO alerta del espectacular crecimiento del fenómeno en Catalunya
Estamos acostumbrados a verlos vendiendo DVD o bolsos en la calle, pero no les hacemos caso. La realidad es que casi la mitad de los extranjeros que viven en Catalunya trabajan en la economía sumergida. Así lo recoge un informe de Comisiones Obreras al cual ha tenido acceso Público. El sindicato calcula que un 48,96% de los extranjeros (46,57% sin papeles y 2,39% con permiso, pero sin contrato) trabajan fuera de la legalidad. Una cifra superior en 15 puntos a la de finales del 2006, cuando se pensó que disminuiría como consecuencia de la
regularización del 2005.
Las soluciones
"Es un indicio de que la contratación en origen no está funcionando", asegura Ghassan Saliba, secretario de Inmigración en CCOO. Un procedimiento que, según José Hallado, director de relaciones laborales de la patronal Pimec (pequeña y mediana empresa de Catalunya), podría ser más efectivo: "La economía sumergida entre los extranjeros disminuiría notablemente si fuera posible escoger el país, ofrecer ofertas nominativas y evitar el requisito de juntar 20 ofertas". A pesar de esta situación, las actuaciones de Inspección han disminuido respecto al 2006. Mientras que en ese periodo fueron 9.950 en toda Catalunya, desde enero hasta septiembre se han realizado sólo 4.927.
En esta línea, se inscribe la propuesta del Consell de Treball Economic i Social de la Generalitat, presentada en octubre, que considera el traspaso de Inspección como una herramienta básica para luchar contra este fenómeno.
En el informe de CCOO, se pide también la agilización de las autorizaciones, la implicación de los sindicatos en los países de origen y la flexibilización de la contratación para que pueda acceder la pequeña y mediana empresa.
Se menciona la "lucha contra la economía sumergida como uno de los ejes principales en la gestión de la inmigración". En este sentido, recomienda un aumento de recursos y actuaciones de la Inspección de Trabajo, además de reforzar la eficacia de las sanciones a las empresas infractoras.Fuentes de la Inspección en la capital catalana confirmaron que desde el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales se ha detectado el repunte de la economía sumergida, por lo que se está aplicando un "plan de choque". No obstante, el número de inspectores no será incrementado de manera importante hasta que no se defina el traspaso a la Generalitat, previsto en el nuevo Estatut, pero que el Gobierno español mantiene bloqueado desde antes del verano.
Las décadas 80 y 90
"No digo que Inspección no pueda mejorar su labor, pero esta lacra expresa una cultura fiscal perniciosa en Catalunya y España", señala Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona. Oliver describe a la economía sumergida como "un cáncer crónico" que afecta la competitividad de las empresas al ser una competencia desleal.
En las décadas de los 80 y 90, añade, una tasa del paro superior motivó que la Administración no fuera tan rígida en este tema. "En Catalunya, existía sobre todo en la industria textil. Hoy, son los servicios y la construcción. Pero ya no tiene sentido económico, pues el mercado de trabajo está creciendo", añade Oliver. Sin embargo las cifras dicen otra cosa.
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