Este artículo se publicó hace 16 años.
Aumentan a 2 los niños fallecidos y a 580 los afectados por leche contaminada
La muerte de un segundo bebé en China por ingerir leche contaminada con melamina eleva a dos el número de víctimas mortales en este nuevo escándalo de seguridad alimentaria, mientras los afectados son ya 580, 148 más de lo que se dio a conocer, informó hoy la prensa oficial.
La muerte, según la agencia de noticias Xinhua, se produjo en la provincia noroccidental de Gansu, la misma donde la semana pasada se informó de la primera muerte y donde se registraron los primeros casos de bebés con cálculos renales por ingestión de melamina.
El escándalo, que vuelve a traer preocupación a los consumidores chinos tras unos meses sin casos de este tipo, se ha saldado por el momento con la detención de 19 personas relacionadas con la marca Sanlu, cuya leche tomaban los niños afectados (uno de ellos murió la semana pasada).
Según la fuente oficial, la investigación lanzada a nivel nacional sospecha que la leche fue adulterada en los centros de recolección de leche que Sanlu posee, no en las granjas de carácter familiar (más de 60.000) que les abastecen.
"Es poco probable que los granjeros mezclaran melamina en leche recién ordeñada", destacó Li Changjiang, ministro de la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena, quien calificó la contaminación deliberada de "un crimen contra el pueblo".
La melamina pudo ser añadida a leche aguada con el fin de engañar a los compradores de la marca, ya que da mayor consistencia a los líquidos.
Además, al ser una sustancia rica en nitrógeno, puede "engañar" a los detectores del nivel de proteínas de esa leche (para medir ese nivel muchas veces se calculan los niveles de nitrógeno, elemento presente en las proteínas).
Al ser ingerida, la melamina causó graves problemas en el tracto urinario de los bebés y la formación de piedras en el riñón, algo muy extraño en niños de corta edad.
El escándalo se produce después de que en 2007 Pekín prometiera extremar los controles de seguridad en la producción nacional, a raíz de la oleada de casos de alimentos y medicinas contaminados tanto en el mercado nacional como en exportaciones al extranjero.
En 2004, otro caso de leche para bebés adulterada causó la muerte de 13 niños y afectó a otros 171, un escándalo en el que entonces se vieron involucradas 40 pequeñas compañías lácteas.
En el actual caso, las operaciones de Sanlu se suspendieron y la marca retiró 8.210 toneladas de su leche en polvo para bebés del mercado (toda la producida antes del 6 de agosto), mientras el Gobierno chino ha declarado el máximo nivel de emergencia alimentaria por el incidente.
Además, Pekín está en contacto directo con la diplomacia neozelandesa, ya que un 43 por ciento de Sanlu es propiedad de una empresa de Nueva Zelanda, "Fonterra Cooperative Group".
La gravedad del caso ha llevado a la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, a pronunciarse sobre él, asegurando que Pekín sólo han decidido actuar enérgicamente contra Sanlu -una prestigiosa marca en el sector lácteo chino- después de que las autoridades neozelandesas insistieran en ello repetidamente.
"Trataron durante semanas de que hubiera una retirada de los productos, pero las autoridades chinas no lo hicieron", aseguró Clark en declaraciones al canal neozelandés TVNZ.
"Creo que la primera intención fue ocultarlo y lidiar con el asunto sin una retirada gubernamental de los productos", aseguró la primera ministra.
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