Este artículo se publicó hace 15 años.
Asier Etxeandía dice que la crisis es positiva para el teatro, reinventa la creatividad
El actor Asier Etxeandía defiende que la crisis económica es positiva para el estado de salud del teatro, obliga a buscar nuevas fórmulas de expresión y reinventa la creatividad, a veces inmóvil, mediante producciones más artesanales y artísticas.
Etxeandía (Bilbao, 1975), es un joven actor conocido por el gran público por sus intervenciones en la series de televisión "Herederos" y "Los hombres de Paco" que interpreta estos días al Centauro Quirón y Egeo en la obra "Medea", incluida dentro del LV Festival de Mérida.
En declaraciones a Efe, señala que el teatro español goza de un "buen estado de salud" y la crisis abre nuevas oportunidades a la creatividad, frente a las convenciones teatrales predeterminadas, aunque sea "una putada para el resto de los mortales".
Las dificultades económicas obligan a explotar otro tipo de fórmulas, de modo que la "barriga emocional" que mantiene estáticos a actores y directores, se abandonada por una evolución natural, según el actor.
Para Etxeandía, es "un privilegio" formar parte del reparto de "Medea", una obra que define como una "Biblia" sobre el comportamiento humano y las características de los hombres y mujeres que "hasta los dioses defienden".
También valora compartir trabajo con Blanca Portillo, que hace de Medea en la obra, y con el director esloveno Tomaz Pandur, dos figuras con las que ha trabajado en otras ocasiones y con las que se siente en "un estado de excitación continua".
De Pandur valora su capacidad para desnudarse ante los actores y tratarlos desde "lo más profundo de su corazón", lo que permite que "todo el equipo cabalgue desnudo, sin barreras, desde el Argo" (la nave desde la que Medea acompañó a Jasón y sus compañeros argonautas en busca del vellocino de oro, relata el actor vasco).
En su opinión, el arte es el medio "más directo al corazón si pasar por el cerebro", que une a las personas mediante una especie de cordón umbilical y les permite, por ejemplo, escuchar una canción o una pieza clásica y sentir un una "experiencia irrepetible".
"Para hacer arte, el artista debe desnudarse y escribir sus propios instintos y necesidades con su propia sangre, ya sea desde el teatro o desde el cine", señala Etxenadía.
Afirma que todos los personajes que hace un actor tienen parte de su propia esencia y de su papel, el centauro, destaca su nobleza para estar apegado a Jasón, desde su infancia, junto a la plasticidad y la pasión que siente dentro del mundo imaginario en el que vive.
Con su personaje, ha realizado un trabajo físico importante, al tener que imitar la fisiología de un equipo, y ha llegado a descubrir nuevos músculos que no conocía, "más parecidos a los de un caballo que a los de un ser humano", señala entre risas.
Como profesional, se define como una persona que "ama su trabajo" y que busca que el público sienta las mismas sensaciones cuando se encuentra encima de escenario, busca la comprensión del público.
"Para ser actor hay que amar mucho la profesión, no se trata de una decisión premeditada, se necesita mucha dedicación con la que poder aguantar", concluye.
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