Asciende a 39 la cifra de muertos en el atentado en el noroeste paquistaní

Al menos 39 personas perdieron la vida y 54 resultaron heridas en el atentado suicida registrado ayer en un mercado cerca de la ciudad de Kohat, en el noroeste de Pakistán, informaron los medios del país.

Según los canales paquistaníes, el número de fallecidos aumentó hoy a 39 después de que los equipos de rescate hallaran los cadáveres de más víctimas bajo los escombros en la zona del ataque, perteneciente a la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP).

Los forenses todavía no han podido determinar la identidad de nueve de los cuerpos, mientras que un total de 24 víctimas mortales ya han sido inhumadas.

El responsable de la administración de la zona en la que tuvo lugar el atentado, Mehtab-ul Hassan, explicó ayer a Efe que la explosión tuvo lugar cuando un suicida a bordo de un jeep detonó la carga que transportaba a las 10 de la mañana hora local (5.00 GMT).

El portavoz de la Policía de Kohat, Fazal Naeem, confirmó que el vehículo iba cargado con 150 kilos de explosivo.

Según varios testigos, el suicida detonó su carga junto a una parada de autobús situada en las cercanías de un hotel, en el mercado de la zona de Kacchapakka.

Como consecuencia del estallido, el hotel y varias pequeñas tiendas se derrumbaron.

Las fuerzas de seguridad han constituido un comité investigador para esclarecer las circunstancias del ataque.

También ayer, un jefe administrativo del distrito de Hangu, Haji Khan Afzal, perdió la vida a causa de la explosión de un artefacto cerca de una mezquita en el área noroccidental paquistaní de Wuch.

El artefacto, que fue detonado por control remoto, causó heridas a otras tres personas.

Según la cadena "Dawn TV", la víctima era muy respetada debido a su participación en las negociaciones de paz entre líderes suníes y chiíes en la zona, donde los choques entre los seguidores de las dos principales ramas del Islam son frecuentes.

Ambas comunidades conviven en diversos puntos del país y con frecuencia suelen registrarse altercados entre grupos o atentados contra lugares de culto, especialmente en el noroeste, donde predomina la etnia pastún, la propia de los talibanes, que están integrados en la rama suní, corriente mayoritaria en Pakistán.