Este artículo se publicó hace 16 años.
El arzobispo de Toledo defiende la permanencia de la familia "a pesar del desprecio frívolo de tanto progresismo suicida"
"El futuro pasa por la apertura a Dios y la superación de los laicismos radicales que son puertas cerradas y sin horizonte alguno para el hombre", añade el prelado en su mensaje de Navidad
El cardenal arzobispo de Toledo, Primado de España y prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Antonio Cañizares, apela en su Mensaje de Navidad al "rearme moral" frente al "permisivismo con el que se trata de "encantar" a las masas", para hacer frente a otras crisis "de mayor calado" que la económica. Además, defiende la permanencia de la familia "a pesar del desprecio frívolo de tanto progresismo inconsistente y suicida".
Según afirma en su mensaje navideño, al que ha tenido acceso Europa Press, la cercanía de la Navidad invita a "sentir la cercanía del amor de Dios, y a abrir de par en par nuestras puertas al Amor que llega a nosotros y lo inunda todo". Asegura que así será posible que surja en nuestro tiempo la "nueva civilización del amor".
"No podemos ocultar los hondos, graves, problemas humanos y sociales que nos aquejan. La crisis económica, unida a otras crisis, seguramente de mayor calado, nos preocupan a todos", argumenta, recordando que surgen por ello ámbitos de pobreza y de carencias de lo necesario, que se acumulan a los ya existentes, "con todas las consecuencias que no se nos ocultan". Alerta por ello de que en estos días navideños se va a avivar o intensificar en no pocos "la conciencia de desamparo y desesperanza".
Así, el cardenal toledano se muestra convencido de que "más allá del aturdimiento del consumo absurdo y de la alienación de un ambiente artificial, despojado de toda hondura religiosa", la sociedad debe encontrar en el misterio de la Navidad "las fuerzas necesarias para hacer de nuestra sociedad un hogar donde los hombres sintamos la cercanía del amor de Dios y comience a atisbarse el verdadero cambio que necesitamos acogiendo este amor".
En su opinión, serán necesarias "profundas reformas de la sociedad", así como nuevas formas de trabajo, cambios en las concepciones económicas vigentes, pero apunta, sobre todo, como urgente y necesario "un rearme moral, y no el relativismo y el permisivismo con el que se trata de encantar a las masas".
Llama así Cañizares a la "afirmación del hombre, solidaridad con el hombre, recuperación y fundamentación de la dignidad inviolable de todo ser humano desde su concepción hasta su muerte natural, base imprescindible para los derechos humanos fundamentales y universales del hombre, sí a la vida, a la verdad que nos hace libres, a la razón, al bien, a la familia en su verdad más genuina y auténtica que es piedra sillar en que se asienta el hombre y el futuro de la humanidad".
Apertura a Dios"El futuro --añade--, también la solidaridad que tanto urge y apremia, pasan por la apertura a Dios y la superación de los laicismos radicales que son puertas cerradas y sin horizonte alguno para el hombre".
Invita por tanto a todos a la solidaridad "real y verdadera", y apela a la conciencia de todos para "fortalecer la familia". De hecho, en este punto, y tras resaltar su importancia en fechas navideñas, resalta que "a pesar del desprecio frívolo por la familia de tanto progresismo inconsistente y suicida, ésta ha sostenido a muchos náufragos de la vida hasta ahora y seguirá sosteniéndolos en el futuro si no permanecemos en el empeño por debilitarla".
"Todavía es la familia un reducto de fidelidad y cariño en un mundo cada vez más áspero y desabrigado. Ella es y seguirá siendo el trasunto de la manifestación de Dios, Amor hecho hombre en el seno de la familia, comunidad de amor y reflejo de Dios, amor y roca firme en que apoyarse", promulga.
Por último, termina su mensaje navideño llamando a todos a ofrecer a las familias, con dificultades económicas o de otro orden, "la ayuda que esté en nuestras manos, la cercanía, el apoyo, el afecto eficaz lleno de cariño y de aliento"; resalta la necesidad de otorgar "especial dedicación a atender a las familias" aunque "la cultura oficial o las ordenaciones de la sociedad no lo hagan como se merece"; al tiempo que llama a la Eucaristía que reunirá a muchas familias procedentes de toda España, en Madrid, el día 28 de este mes, fiesta de la sagrada Familia.
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