El artista británico Lennie Payne captura la fama en tostadas
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El artista británico Lennie Payne dice que la primera vez que pensó en trabajar con pan fue después de hacer formas con tostadas para entretener a su hija en el desayuno.
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Eso fue hace 14 años y Payne, que ahora tiene 46 años, vende retratos de famosos como Kate Moss o Barack Obama, marcados sobre rebanadas de pan, por al menos 5.000 libras (unos 5.800 euros) la pieza.
Su obra, recogida en 28 pinturas, estará en exposición hasta el 25 de mayo en la galería Maverik de Shoreditch, en el Este de Londres, en una muestra llamada "Where Is The Love?".
Payne cree que el pan es un medio interesante y siempre cambiante y como metáfora de "la necesidad humana básica de supervivencia y una gran forma de mirar a la espiritualidad de la vida cotidiana", según dijo a Reuters mientras daba los últimos toques a la muestra.
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Muchas de las obras en exposición son retratos de músicos de rock como Ian Brown o Noel Gallagher, pero también hay uno de Gandhi, así como rostros anónimos de gente hambrienta.
Es tanto una reflexión sobre la obsesión de los medios con los famosos como un intento de desvelar al ser humano tras la cara famosa. Por ejemplo, hay un llamativo retrato en blanco y negro que muestra a una Amy Winehouse con aspecto angustiado.
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El artista, nacido en 1965 en Hammersmith, Londres, no es ajeno al sufrimiento humano. Fue adoptado cuando era niño por una familia muy religiosa y durante su adolescencia se le diagnosticó epilepsia. Cuando los ataques empeoraron buscó refugio en las drogas y el alcohol. Después llegaron la prisión y la depresión.
Pero en toda su ordalía, dice, mantuvo un ardiente deseo de crear. Artista autodidacta, experimentó con muchos materiales antes de centrarse en las tostadas.
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Se le considera un fundador de esta disciplina y se ha labrado una reputación ante los críticos y los coleccionistas. Hace poco encontró sus mecenas en los Donelly, fundadores de la vanguardista marca británica de moda Gio Goi y que están expandiéndose hacia el arte.
Payne dice que le gusta trabajar con pan tostado porque "puedes ponerle las manos encima. Es más como escultura y evoluciona constantemente. Incluso ahora encuentro nuevos métodos", explicó.
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La mayoría de las veces utiliza un soplete para tostar el pan y dejarlo negro, y luego rasca el pan quemado para crear diferentes sombras.
"Si lo quemas cuando está fresco, algo que me gusta hacer, tienes mucho efecto oscuro y ahumado. Después, hay que aplanar el pan, tiene que encogerse y obviamente el dibujo cambia", dijo.
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Después se cubre el pan de laca y se empapa en resina.
Últimamente, Payne ha estado experimentando con resina y migas de pan, y los a menudo impresionantes resultados pueden verse en la exposición.
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El próximo paso será mezclar el pan tostado con otros materiales, posiblemente objetos, y comenzar el trabajo en algunas instalaciones, comenta.
Una desventaja de trabajar con un producto comestible, según descubrió hace unos pocos años, es que su obra atrae seguidores no deseados. Cuando envió a enmarcar un retrato de Ian Dury para una exposición, recibió una llamada del artesano diciendo que los ratones se habían comido parte del pan, y Payne tuvo que trabajar a toda prisa para reemplazar las piezas perdidas a tiempo.
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"Ahora las obras van a enmarcar ya selladas", comentó.