Este artículo se publicó hace 15 años.
El Ártico tiene las temperaturas más cálidas en 2.000 años
Las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático han llevado a las temperaturas del Ártico en la última década al nivel más alto en al menos 2.000 años, revirtiendo una tendencia de enfriamiento natural que debería haber durado cuatro milenios más.
El dióxido de carbono y otros gases generados por las actividades humanas han apabullado un ciclo de 21.000 años vinculado a los cambios graduales en la órbita de la Tierra alrededor del Sol, informó el jueves un equipo de científicos en la revista Science.
"Creo que realmente subraya lo sensible que es el Ártico al cambio climático (...) y es realmente el lugar donde puedes ver en primer lugar lo que está pasando al sistema (climático) y cómo el resto de la Tierra seguirá o podría seguir", dijo David Schneider, coautor y científico del Centro Nacional Estadounidense para la Investigación Atmosférica en una entrevista telefónica.
El enfriamiento comenzó hace unos 7.000 años, y las temperaturas del Ártico llegaron a un mínimo durante la denominada "pequeña edad de hielo" que duró del siglo XVI al XIX, y finalizó al arrancar la Revolución Industrial.
Esta tendencia de enfriamiento fue causada por un característico movimiento de la órbita de la Tierra que gradualmente aleja el Ártico del Sol durante el verano en el hemisferio norte. La Tierra ahora está a un millón de kilómetros más lejos del Sol en el verano ártico de lo que estaba hace 2.000 años, dijo Darrell Kaufmann de la Universida de Arizona Norte.
El enfriamiento debería haber continuado a lo largo del siglo XX y XXI y más allá hasta que se agotara el ciclo de 21.000 años. Esta última investigación confirma que no está sucediendo.
EL AIRE ACONDICIONADO DE LA TIERRA
"Si no hubiera sido por el incremento de los gases de efecto invernadero las temperaturas veraniegas en el Ártico deberían haberse enfriado gradualmente a lo largo del último siglo", agregó en un comunicado Bette Otto-Bliesner, coautora del estudio del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica.
Lo que sucede en el Ártico no se detiene allí, ya que es uno de los principales condicionantes del clima del mundo, y a menudo es conocido como el aire acondicionado de la Tierra. Conforme el hielo del Ártico se derrite en verano, deja al descubierto un agua oceánica de color más oscuro, que absorbe los rayos solares en lugar de reflejarlos, lo que acelera el efecto invernadero.
El calentamiento del Ártico también afecta a los glaciares situados en la tierra, que si se derriten, contribuirían al aumento mundial de los niveles del mar.
El calentamiento también podría deshelar un terreno congelado denominado permafrost, lo que enviaría a la atmósfera metano, un gas de efecto invernadero.
Los científicos del clima saben desde hace tiempo que cambia el eje de rotación de la Tierra, algo que afecta a cuánta luz llega al Ártico en el verano. Es la primera vez que un estudio a gran escala ha analizado década a década los cambios en las temperaturas del verano ártico remontándose tantos años.
círculos de crecimiento de los árboles, sedimentos de los lagos y muestras de hielo - junto a modelos informáticos, que coincidieron en gran medida con los datos naturales.
Las temperaturas medias del verano en el Ártico se han incrementado 1,66 grados centígrados respecto a las que hubieran sido si la tendencia de enfriamiento a largo plazo se hubiera mantenido intacta.
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