Este artículo se publicó hace 15 años.
El arrabal porteño se traslada a Barcelona con el espectáculo "Tango Fire"
Ha hecho falta una producción australiana para que llegue a la escena catalana "Tango Fire", un gran espectáculo de tango de quince artistas que traen al escenario barcelonés a partir de hoy el espíritu arrabalero bonaerense.
El fuego y sensualidad del tango vuelven a Barcelona en un gran espectáculo musical que ha recorrido varias partes del mundo y que repasará en el escenario del Teatro Victoria la evolución del baile porteño.
"Tango Fire" permanecerá hasta el 14 de junio en la cartelera barcelonesa, tras casi diez años de ausencia de un gran montaje de tango en la cartelera de la ciudad en la que Carlos Gardel grabó en 1926 "La Cumparsita".
El último espectáculo de estas características que se vio en Barcelona fue "Tango Pasión", en el 2000 en el Tívoli, también con intérpretes argentinos, aunque con productora neoyorquina.
Cinco parejas de baile repasarán la historia del tango en coreografías diseñadas por una de ellas, los bailarines Yanina Fajar y Nelson Celis.
Vestuarios increíbles, pronunciadas rajas en las "polleras" (faldas) y generosos escotes que hicieron que en Malasia las bailarinas se tuvieran que cubrir para actuar.
Bailan al ritmo de un cuarteto joven de formación clásica que toca el tango como si lo hubiera hecho toda la vida y con las canciones del bonaerense afincado en Barcelona Rodrigo Flores.
Casi dos horas de tango con una primera parte tradicional con piezas nostálgicas de Ernesto Ponzio, Gardel o Pedro Laurenz, y una segunda con coreografías más sofisticadas al ritmo de Astor Piazzola y Eduardo Arolas.
No falta en la primera parte el "Mi Buenos Aires Querido" que cantó Carlos Gardel en Barcelona, ni la famosa "Cumparsita" de Gerardo Matos, ni tampoco en la segunda "Uno", de Marino Mores.
El cuarteto Quatrotango interpreta las 27 temas del espectáculo con piano, violín, contrabajo y bandoneón, y hasta se permiten algún tema instrumental, solos en el escenario.
Saltos y giros increíbles en el segundo acto, parte del espectáculo que incluye coreografías modernas y sofisticadas del tango contemporáneo argentino que demuestran, según los coreógrafos que "el tango está vivo".
Mucho entreno y coordinación en las parejas, bailarines de entre 23 y 32 años que ensayan tres o cuatro horas al día y que tienen entre ellos un campeón mundial del género, Nicolás Cornejo.
El primer acto lo abre "Don Juan", de Ernesto Ponzio, seguido de "Corralera", de Anselmo Aieta, y "Mi Buenos Aires Querido", de Gardel, y en el segundo, ya con más acrobacias, varias piezas de Astor Piazzola.
"Tango Fire" es una inmersión escénica en el tango que recorre su evolución y su espíritu socializador, con algunos recuerdos a sus orígenes en los cabarés portuarios de los suburbios del bajo Buenos Aires, cuando los hombres bailaban entre ellos para practicar, ha explicado Fajar.
De innegable factura porteña, ya que nació en Buenos Aires, adonde regresan los bailarines tras los "bolos" de las giras, "Tango Fire" ha recogido ya los aplausos del público de varias latitudes, desde el malayo, hasta el chino, el americano, el australiano y el británico.
Tras Barcelona, sus promotores tienen la intención de llevarlo a Madrid en 2010.
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