Este artículo se publicó hace 17 años.
Antología refleja lo esencial de la poesía de Blanca Varela, macerada en el silencio
Reflejar lo esencial de la poesía de Blanca Varela, una de las voces más sólidas y personales de la lírica latinoamericana y cuya obra ha permanecido "ajena siempre" a las modas y se ha "macerado en los talleres del silencio", es lo que pretende la antología "Aunque cueste la noche", presentada hoy.
Esta antología, publicada por la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional, celebra la concesión del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana a la escritora peruana, que, por problemas de salud, no pudo asistir anoche a la ceremonia de entrega del galardón, que fue recogido en su nombre por su nieta Camila de Szyszlo.
Camila y su hermana Sabina han asistido hoy en el Palacio Real a la presentación del libro, en la que han participado el presidente de Patrimonio Nacional, Yago Pico de Coaña; el rector de la Universidad de Salamanca, José Ramón Alonso; la profesora Eva Guerrero, autora de la amplia introducción de "Aunque cueste la noche", y el poeta y crítico peruano Edgar O'Hara.
Blanca Varela (Lima, 1926) "ya no habla ni escribe, pero está muy contenta con este premio", aseguró Camila de Szyszlo, al aludir al estado de salud de su abuela, que, "paradójicamente", como dijo Eva Guerrero, "ella que siempre buscó la palabra precisa, que siempre apeló al silencio, se encuentra ahora, por circunstancias ajenas a lo humano, sumida en él".
Y es que desde el silencio fue surgiendo la poesía de Blanca Varela, que en tan solo ocho libros "ha conseguido desplegar un universo personal, exigente, autónomo con respecto a las modas y atento a su dictado interior", afirmó Guerrero.
Un universo poético en el que persisten motivos como "el dolor, el hambre, la soledad, el inasible paso del tiempo y el deterioro del cuerpo, pero también su propia plenitud, el deseo, la realidad y sus trampas", añadió.
El título de la antología, en la que la selección de los poemas ha corrido a cargo de Ángel González Quesada, ha sido tomado del segundo libro de Varela, "Luz del día", de un poema que dice: "Golpe contra todo, contra sí mismo. Hacer la luz aunque cueste la noche, aunque sea la muerte el cielo que se abre y el océano nada más que un abismo creado a ciegas".
El libro contiene documentos que aparecen por primera vez, entre ellos el texto mecanografiado de "Puerto supe", nombre original del primer poemario de Varela que luego se titularía "Ese puerto existe", y también seis poemas no recogidos en ninguna antología de la escritora peruana.
"Aunque cueste la noche" contiene además ilustraciones del artista peruano Fernando de Szyszlo, esposo de Varela; un inédito sin título de la escritora y el manuscrito de uno de sus poemas de su libro "Concierto animal".
Varela suele adscribirse a la Generación del 50, a la que pertenecen figuras tan significativas para la literatura peruana como Sebastián Salazar Bondy, Westphalen, Eielson o Sologuren.
Camila Szyszlo reconocía hoy que la literatura de Blanca Varela "es difícil de entender", aunque, como le decía su abuela, "la poesía no es para que la entiendas, sino para que la sientas".
Recién llegado de la Universidad de Washington, Edgar O'Hara, gran experto en la obra de Varela, subrayó que la poesía "solitaria" de la galardonada sigue enseñando que "la felicidad expresiva puede ser el fruto de una lucha sin respiro contra el dolor, contra las ausencias".
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